«I had sex today… Holy shit!»
Sinopsis
Minnie Getz (Bel Powley) es una chica de quince años que vive en el San Francisco de los años 70 y que está más interesada en el dibujo que en ir al instituto. Su madre Charlotte (Kristen Wiig) vive en su propio mundo de drogas y alcohol, se acaba de divorciar y tiene un nuevo novio llamado Monroe (Alexander Skarsgard). El mundo de Minnie se pondrá patas arriba cuando tenga relaciones sexuales por primera vez y empiece un affair con Monroe.
Crítica
Cuando Marielle Heller leyó la novela gráfica The Diary of a Teenage Girl de Phoebe Gloeckner pensó inmediatamente que este era un tipo de historia que no se suele contar. Hablar de la exploración de la sexualidad durante la adolescencia desde un punto de vista femenino y no masculino, era ya de por sí una idea revolucionaria. Es por eso que decidió conquistar este territorio inexplorado y adaptar la novela en una obra de teatro en 2010, y desde esa fecha ha estado sumergida en el proceso de realización de la adaptación cinematográfica que tratamos hoy aquí.

Bel Powley interpreta a Minnie.
Si nos paramos a pensar en películas que hablen abiertamente sobre la sexualidad desde el punto de vista de una chica adolescente, quizás nos tengamos que quedar pensando durante un buen rato. Y es que nuestra filmoteca está prácticamente exenta de estas películas. Sí es cierto que tenemos una gran bandada de cintas románticas protagonizadas por chicas adolescentes, pero estos films están muy lejos de hablar de la sexualidad de forma totalmente libre y, además, en ellos se suele clasificar a las chicas en dos extremos: uno, la adolescente virginal que está esperando al “chico adecuado” o dos, el zorrón que ha tenido relaciones con medio instituto. Entremedias nos queda más bien poco. Solo recientemente se ha empezado a romper el molde con películas como The To Do List y Easy A, aunque cabe recalcar que ambas son comedias.
Sin embargo, The Diary of a Teenage Girl es precisamente eso, el diario de una chica adolescente (normal e imperfecta). El guion no busca otra cosa que reflejar de forma totalmente honesta lo que piensa y siente una chica de quince años respecto al sexo y los hombres, sin juzgarla por ello: el sentimiento de culpa que experimenta en un principio por pensar en el sexo más a menudo de lo que la sociedad le dictamina que es correcto, la línea difusa entre el sexo y el amor y, por supuesto, las inseguridades respecto a su cuerpo. La protagonista no es ninguna bomba sexual, y en cuanto se siente un poco expuesta, empieza automáticamente a sentirse insegura porque no tiene el tipo de cuerpo que supuestamente resulta más atractivo para los hombres.
No obstante, esta película no está dirigida solo al público femenino, ya que tal y como afirma la propia directora: “Las mujeres nos hemos identificado durante décadas con historias protagonizadas por hombres, ¿por qué no van a poder identificarse ellos con esta historia?”.

Alexander Skarsgard interpreta al primer amor de Minnie.
Otro elemento interesante de The Diary of a Teenage Girl es que retrata la relación entre una adolescente y un hombre adulto, pero dicho adulto no se ve representado como un depredador. Monroe es un hombre que en muchas ocasiones tiene la mentalidad de un crío y, aunque Minnie sea mucho más joven que él, en varias ocasiones es ella la que demuestra tener más madurez. Es más, uno de los obstáculos más grandes que tiene Minnie a la hora de crecer y madurar es que no tiene ningún adulto en su vida que pueda usar como referente: ni su novio, ni su madre alcohólica y codependiente de los hombres, ni el exmarido de esta Pascal, que se desentendió de ella y de su hermana el día que se divorció de su madre, etc. Minnie pasa de buscar desesperadamente un modelo a seguir a convertirse en su propio referente, en su propia persona. ¿Y qué es madurar sino precisamente eso?

Minnie se desahoga dibujando sus experiencias en forma de cómic.
Finalmente, en el plano visual nos quedan reminiscencias de la novela gráfica gracias a que los cómics de Minnie cobran vida en forma de animaciones, dejándonos uno de los momentos más brutales de la película con el desvelamiento del cómic de la ramera. De las interpretaciones, cabe destacar la revelación que supone Bel Powley, capaz de demostrar todos los matices de Minnie en su camino hacia la madurez. Por su parte, Alexander Skarsgard sabe reflejar muy bien el lado más tierno e infantil de Monroe y Kristen Wiig está más que aceptable en su papel de madre algo trastocada y esperamos que siga desarrollando su faceta más seria en papeles dramáticos como este.
Podríamos seguir hablando de esta película eternamente. Es una cinta que hay que digerir, de esas que te hacen pensar y te siguen dando vueltas en la cabeza días después de haberla visto. Pero en resumen, The Diary of A Teenage Girl es una película que echábamos en falta en nuestra filmoteca, que necesitábamos que existiese y por fin, podemos decir: «aquí está, tenéis que ir al cine a verla».