Niños Mutantes no querían hacer nada especial para celebrar sus veinte años de carrera musical. A ellos les gusta ir paso a paso y disfrutar de cada pequeño éxito. Pero lo que los granadinos desconocían era que este cumpleaños se convertiría en una celebración por todo lo alto. Por un lado, más de quince bandas del panorama nacional se unieron para dar vida a un disco titulado Mutanciones en el que este conjunto de músicos y amigos han transformado las canciones de Niños Mutantes. En esta extraordinaria colección de versiones los músicos participantes han conseguido sorprender a los andaluces y al público en general. Los temas que han sido grabados para este acontecimiento tienen un sonido particular. Cada artista se ha llevado la interpretación de las melodías a su terreno consiguiendo que las canciones de Niños Mutantes se llenen de ritmos y armonías muy personales.
Por otro lado, tras recibir este insospechado regalo musical, Juan Alberto, Nani, Miguel y Andrés aterrizaron en la sala La Riviera de Madrid el pasado sábado para organizar una gran fiesta acompañados por muchos de estos artistas y para festejar estas dos décadas de canciones junto a sus seguidores.
Llegamos a La Riviera sin conocer con exactitud qué músicos serían los que acompañarían a los mutantes en esta noche tan especial. Nada más acceder a la sala observamos que el escenario estaba totalmente preparado con un gran despliegue de instrumentos y en el fondo del mismo una pantalla luminosa proyectaba un vídeo presentando a todos los artistas que han participado en este proyecto único. Aún no lo sabíamos, pero nos esperaban más de veinte canciones y muchas más sorpresas.
A las nueve en punto y con la sala a rebosar Niños Mutantes salieron a escena. Los músicos comenzaron el repertorio con Hundir la flota, Hermana mía y Empezar de cero. No hizo falta ningún calentamiento previo. Los andaluces salieron con ganas de compartir su felicidad con todos los presentes y la audiencia respondió con entusiasmo desde el primer minuto. Un inicio colosal que consiguió crear un ambiente de diversión que se mantuvo a lo largo de toda la velada.
Diecisiete invitados pasaron por el escenario en el transcurso de esta cita musical en la que las canciones mutaron de nuevo, pero esta vez con la potente energía que les proporciona el directo. De este modo, pudimos deleitarnos con una trepidante sucesión de versiones sonando una tras otra y sin descanso alguno. Además, durante todo el concierto Juan Alberto se dedicó a presentar sonriente y con cariño a todos los músicos que iban subiendo a la palestra.
La primera tanda de mutanciones empezó con Náufragos que fue interpretada con fuerza por Diego de El Imperio del Perro. Elévame fue cantada apasionadamente por Beni de Igloo. Arañicas se quedó en manos de la magnética psicodelia de Rufus T. Firefly y su atrayente electricidad. Robot fue reinventada por parte de Jaime García Soriano de Sr. Nadie e incluyó un original baile robótico.
La euforia se desataba con la voz de Alonso de Napoleón Solo interpretando una genial versión de Las chicas en bikini. Errante sonó con dulzura y a un ritmo más pausado en la actuación de Julio de La Rosa y Helena Goch. La guitarra de Pau y los teclados de Jordi de La Habitación Roja acompañaron con maestría a los versos de La Puerta. Pero uno de los momentos más emocionantes para los granadinos llegaba con la presencia de Mamá Baker, la banda que les vio nacer, sobre las tablas. Con la colaboración de este mítico grupo, Niños Mutantes viajaron al pasado tocando Ítaca.
A veces como espectadores de sus propias canciones y otras veces combinando su arte con el de los músicos invitados, los chicos de Niños Mutantes disfrutaban intensamente cada tema. Al mismo tiempo, el cuarteto repartía abrazos y besos por doquier. “Estamos dando más besos y abrazos que en una comunión”, bromeaba Juan Alberto.
La siguiente parte del concierto continuó con la aparición de Miguel Rivera de Maga que tocó junto a los homenajeados una seductora versión de Todo puede ir mejor. Nos sumergimos entonces en la melodía de El Pozo guiados por Ricardo Vicente. Posteriormente Novedades Carminha, León Benavente y Trepát hacían que la sala bailara y coreara las letras de las composiciones en una inigualable atmósfera festiva. Pero el espectáculo prosiguió con Pasajero tocando La voz. En ese momento todos los miembros de Niños Mutantes y de Pasajero, unidos y con sus brazos entrelazados, se dejaron las gargantas cantando esta canción. Después Juan Alberto y Alejandro Méndez de Lori Meyers se quedaban solos y rasgando sus guitarras nos ofrecían un bello recorrido por las estrofas de Veneno Polen.
Ya en la recta final dos integrantes de Second salían a escena. La inconfundible voz de Sean y el talento de Javi hicieron que los brillantes acordes de Las noches de insomnio sonaran con contundencia y su vibrante actuación hizo que hasta el más comedido sucumbiera a la tentación de danzar con ellos. Las buenas vibraciones siguieron presentes en la colaboración de Fernando Alfaro que nos deleitó con No puedo más contigo. Para rematar la noche volvía a sonar Errante, pero en esta ocasión los inesperados encargados de tocar la canción mutante por excelencia fueron Eva y Juan de Amaral.
Finalmente todos los músicos abandonaron el escenario. Sin embargo, todavía hubo tiempo para una última canción. Niños Mutantes regresaron a las tablas y entre los vítores de los presentes se dispusieron a cerrar el show con el optimismo de Todo va a cambiar. Juan Alberto, Nani, Miguel y Andrés se despedían de Madrid agradecidos y visiblemente emocionados tras una irrepetible noche de música en directo.
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