Comienza el primer gran festival del verano en Portugal. Oporto y el NOS Primavera Sound abren las puertas del Parque da Cidade para dar entrada a un maravilloso e inolvidable primer día de festival.
Sensible Soccers y su música experimental inauguran el festival. Son portugueses y del norte. Adorados en su país, su sonido aborda estéticas variadas, desde melodías pop a estructuras y arreglos progresivos. Salen al escenario y un gran aplauso calienta la atmósfera, derrochando energía extra como les gusta hacer en los directos. Presentan temas de su nuevo álbum Villa Soledade, editado en marzo de este año. Su estilo es minimalista a la vez que delicado, con esa nostalgia intimista tan propia de Portugal.
US Girls es otro de los momentos esperados por el público. Llega con su estética vintage, a medio camino entre la lentejuela del glam, el pop y la electrónica de sintetizadores. Música experimental para una diva que le gusta jugar con la imagen y con sonidos varios. Impresiona en directo la voz de Meghan Remy llena de matices y brillos.
Deerhunter actúa en el Palco NOS. Son las 20:00 horas y la luz del día empieza a cambiar para desvanecerse lentamente. Esperamos sentados en la hierba que Bradford Cox y sus chicos entren en escena. Este pedazo de grupo cuyo sonido es uno de los más originales, creativos y vanguardistas del actual panorama musical nos ha dejado un poco fríos una vez terminado el concierto.
El pasado mes de diciembre le dedicamos un artículo en nuestra revista con motivo de su nuevo trabajo. Primero aparece la banda y después Bradford, un showman al que le gusta provocar, aunque hoy viene vestido de niño de colegio pijo. Con su pantalón color cámel y su corbata de rayas no nos creemos esa imagen de niño bueno. Sin duda estamos ante un genio de la música actual que en cada tema no deja de sorprender. Influenciados por la psicodelia, el rock progresivo, el dream pop y el shoegaze esta vez llegan con menos distorsión en las guitarras y algo más de pop. Concierto agridulce, momentos de brillantez y otros donde el nivel del sonido se hacía escaso. Bradford es un genio, su seguridad es aplastante, su talento innegable, y su carisma fuera de serie, pero ayer esperábamos más de un grupo que sabemos que puede darlo.
Llega el momento de Julia Holter. Se sube al Palco Súper Bock, con la seguridad que le confiere la gran acogida que tuvo su disco en el 2015 por parte del público y la crítica. Enamorados nos tiene con su voz. Es una de las cantantes más sugerentes dentro del contexto actual y su música es un viaje conmovedor e intimista al corazón del pop. Suenan temas de su último disco, Have You In My Wilderness la acompaña un contrabajo y la belleza de su voz se arropa con las cuerdas.
Sigur Rós protagonizó uno de esos momentos que sientes como un regalo. Un regalo cuyo envoltorio es sugerente y que esconde en su interior un instante sorprendente, bellísimo e inolvidable. El grupo islandés nos ha dejado sin palabras. Más allá de su espectáculo visual, de la magia de sus proyecciones, más allá de la elegancia que trasmite, por encima de ello, una atmósfera de misterio y belleza inundó todo, para dejarnos sin respiración.
Silencio sepulcral durante un concierto que removió emociones y provocó alguna que otra lágrima, entre ellas las de la que os habla. Jónsi y su singular personalidad desplegó su maravillosa voz convirtiéndose en un instrumento más, arrastrándonos a viajar con ellos a través de los sonidos. Su personalísima manera de tocar la guitarra frotada con un arco es en sí mismo, un viaje emocional del que no quieres despertar.
Para los que tuvimos la suerte de estar allí sin duda fue el gran momento del jueves. Unas proyecciones estudiadas y preciosistas, en planos superpuestos provocaban un efecto tridimensional consiguiendo con ello sumergirnos desde el comienzo en su mundo. Un mundo que Sigur Rós construye para emocionar. Hielo, nubes, agua , humo, pétalos en rojo, luz y el paisaje islandés de fondo. No tienen nuevo trabajo pero el concierto fue una selección cuidadísima de los mejores temas de su discografía desde Valtari, Agaets byrjun, (), Inni, Hvarf-Heim, para arrastrarnos con ellos.
Jonsi demostró por qué es un dios de la elegancia, con su voz, delicada, controlada al extremo, como un hilo que corre por el escenario y que se agranda hasta convertirse en una cuerda con la que te ata y te secuestra. Pocas veces en la vida se disfruta de un espectáculo igual y perdonad el entusiasmo pero esta vez con todo merecimiento os digo que estamos ante uno momento de esos que te llevas para siempre en tu cajita de recuerdos musicales.
Frotando el arco contra la guitarra, doblado, con una batería espectacular y un bajo milimétrico llega el final, con un maravilloso tema de su disco (). Se despiden con una versión donde distorsión, fuerza y magia están por igual mientras los árboles del bosque en medio de la bruma avanzan. Ovación cerrada y la suerte de poder disfrutar de un bis. Sin palabras simplemente música en mayúsculas.
Parquet Courts llegan desde Brooklyn al palco Súper Bock con la intención de pasear por el mundo la bandera de lo que ellos mismos llaman música americana punk. Herederos del sonido de Pavement nos traen temas de Monastic Living, un sorprendente EP de perfil experimental.
Animal Collective fue otro de los grandes conciertos del jueves con su sonido pop y electrónico nos embarcamos en un nuevo viaje experimental. Sobre el escenario temas de su último trabajo Painting With. Música colorista y con gran energía rítmica llena de pop y electrónica.
Se cierra el día con DJ Fra, John Talabot & Friends y Red Axes en el palco Pitchfork. Música disco para descargar adrenalina, si es que nos quedaba alguna.
Una magnífica primera jornada, que nos devuelve el sabor de los directos y nos recuerda el poder emocional de la música, de esa que se construye desde la verdad y te hace soñar.