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BBK Live Día 1: Chvrches prepara y Arcade Fire remata

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Comienza el BBK Live 2016, este año con un cartelazo que promete. En la ciudad ya estaba todo preparado y las calles debidamente decoradas. Solo quedaba hacer el ya clásico paseo de San Mamés a Kobetamendi, recinto donde se celebra el festival, con los buses de la organización y llegamos arriba. Unas vistas impresionantes del río Nervión, de todo San Mamés y de buena parte de la ciudad de Bilbao nos daban la bienvenida y lo primero que oímos fue Years & Years. El cantante, Olly Alexander, nos recibió con los brazos abiertos para invitarnos a que nos uniésemos a su fiesta particular. Había más gente sobre el escenario, pero él solo lo ocupaba todo. Ataviado con unos calcetines hasta las espinillas, el cantante se convirtió en una estrella que brillaba y se llevó con él a todo el público. El grupo británico nos sorprendió haciendo su divertida versión de Hotline Bling de Drake, mientras el baile reinaba la explanada de Kobeta. Un grupo joven, pero que bien hizo moverse hasta los más mayores. Y cómo no, terminaron su set cantando su canción mas esperada y su mayor éxito, King. Cerraron a lo grande para comenzar a subir el listón poco a poco.

Después le tocaba el turno a Chvrches. Empezaron puntuales y se agradeció porque se notaban las ganas del público de que los tres integrantes de la banda saltaran ya al escenario. La cantante entonaba perfectamente su voz tan dulce y suave y los ritmos electrónicos se combinaban para crear un sonido espectacular.

Desde la primera canción hasta la última, todas sonaban como grandes éxitos y el público los trataba como tal. En una pausa, Lauren, cantante del grupo, aprovechó para hablar del Brexit y básicamente pedirnos perdón por ello y no parar de repetir un «We’re fucked» tras otro. Después, le pasó el testigo a Martin Doherty, que pasó a dejar libre el sintetizador para coger el micrófono y cantarnos un par de canciones. Parecía que podía bajar el ritmo, pero nada más lejos de la realidad. Martin dejó que Lauren descansase para que, al volver a coger el micrófono, comenzase la despedida que no podía ser otra que cantar Clearest Blue y Recover, dos de sus canciones más famosas. Y así, con el público cantando los coros, se acabó el bolo de Chvrches, donde los sonidos eléctricos y ritmos sin freno se hicieron dueños del festival.

Y ya todos volaban para ver a M83 que comenzaron con canciones de su último disco. Con Do It, Try It el escenario se llenó de luces como si de un cielo estrellado se tratase. Daba comienzo el viaje interespacial al que nos tiene acostumbrados la música de M83. El bajo sonaba siempre con potencia y el escenario estaba repleto de gente y de instrumentos. Saxofón,  una curiosa guitarra con dos mástiles, uno de guitarra y otro de bajo, y la batería, que tocaba sin descanso, se iban intercambiando los solos que reinaban en las canciones instrumentales. El encargado de la guitarra nunca bajaba el ritmo y siempre estaba bailando sin pausa, y así acabó tirado en el suelo de cansancio, solo para tomar aire un segundo y volver a coger las seis cuerdas y tocar un despampanante solo de guitarra que desembocó en la famosísima Midnight City.

El público se volvió loco con esta canción, todo el mundo saltando a la vez con las manos en alto. El concierto siguió con mucho instrumental, sonidos eléctricos y voces sutiles y robóticas.

El viaje intergaláctico terminó y New Order ya comenzaban a prepararse en el segundo escenario. Con una media de edad del festival más alta de lo que estamos acostumbrados, esta actuación se llenaba de nostalgia. Un grupo que nació en 1980 con algunas partes de Joy Division y que hasta ahora, aunque con algunos cambios en su alineación, siguen trayendo el rock mezclado con su propia versión más electrónica a todo el público. Antes eran los jóvenes los que hacían bailar a los mayores y ahora eran los mayores los que cobraban protagonismo y triunfaban encima del escenario haciendo bailar a todas las edades.

Dejamos pronto a New Order para subirnos al tercer escenario y ver a Hola A Todo El Mundo, que tenían su pequeño hueco en este festival lleno de titanes. Considerando que New Order tocaban a la vez y que incluso parte del set de Hola A Todo El Mundo coincidía con Arcade Fire, había bastante gente viéndoles. Seguramente, gente que ya les conocía, como unos servidores. Pero es que su directo merece la pena. Un poco de sonido español, aunque las letras sean en inglés, para recuperarnos de tanto internacional. La gente bailaba con ellos y disfrutaban con su pop alternativo con mezclas de folk. Y ya llegaba el momento, Arcade Fire comenzaban en el primer escenario.

Grandes expectativas perseguían a este concierto y, aunque con algún altibajo, las cubrieron con creces. Comenzaron tocando Ready To Start, prosiguieron con The Suburbs, luego llegó Sprawl II y siguieron con Reflektor. Una tralla de canciones perfecta para iniciar su concierto sin dejar al público un respiro.

Una nube se adentró de lleno en el festival para dejar el clásico calabobos bilbaíno y crear un ambiente más espectacular incluso. Con Afterlife bajaron un poco el ritmo para poder apreciar la decoración del escenario. Tres filas de grandes espejos llenaban la parte de arriba y con sus movimientos creaban olas y podíamos ver todo el escenario desde todos los ángulos. Una decoración sencilla, pero muy original y efectiva. En otro descanso, siguiendo los pasos de la cantante de Chvrches, Win Butler, líder del grupo, aprovechó para meterse con Donald Trump y contarnos que tenemos que estar unidos. El grupo canadiense volvió a retomar el rock con el bajo resonando fuerte con No Cars Go.

Para finalizar, sonó la parte más psicodélica del día y en el escenario apareció gente con grandes máscaras abarrotando la madera y aumentando la fiesta. La gente no paraba de saltar y el escenario estaba lleno de cabezudos, confeti y muchos colores. Final perfecto con la unión de Here Comes The Night Time y Wake Up para despedir a esta gran banda y su rock capaz de abarrotar estadios y explanadas de festivales. Ni un alma había en Kobetamendi que no estuviese pendiente del sonido de Arcade Fire. 

Foto de Elena Díaz

Así se acababa el plato fuerte de este día, pero todavía quedaba Hot Chip para cerrar el festival con su pop electrónico y sintético. Aunque hubo algunos solapamientos de horario y nos perdimos algunos artistas, fue un primer día de festival redondo.

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