Hace dos años ya que comenzó esta aventura y qué mejor manera de celebrarlo que cerrar su gira Devil´s In Me por todo lo alto. El pasado viernes, Tangerine Flavour abarrotaron el Maravillas Club de Malasaña en Madrid para poner punto y final a una gira que les ha llevado por ciudades españolas como Valladolidad, Plasencia, Alicante y Segovia. Un punto y final de un tour que definitivamente es un punto y seguido para su carrera.
Y con todo el público expectante, los cuatro integrantes del grupo, Fernando Lima con su voz y su bajo, Emilio Bonilla con sus baquetas y Miguel Polonio y Pablo A. Martín con sus guitarras pusieron pie en el escenario para empezar a tocar.
Comenzaron su set con “Let´s go to NY”, perfecta para iniciar e ir calentando el ambiente. Una maravillosa cover de los Rolling Stones siguió para dejar entrever tanto sus influencias musicales como su amor por la música. Todo esto para preparar Devil´s In Me, canción que da nombre a la gira y con la que la juventud que abarrotaba la sala madrileña pudo cantar y saltar acompañando a la banda hasta los últimos acordes.
Después de llevarnos hasta lo más alto bajaron el ritmo con otra cover que se suma a su repertorio. En este caso fue Bob Dylan el que se presenció en Madrid y les cedió su canción Lay Lady Lay para deleitarnos a todos con una preciosa balada conducida a la armónica y la voz por Miguel Polonio. Todos estábamos bien. y se aseguraron de que así fuera haciéndonos gritarlo con todas nuestras fuerzas para luego culminar con un solo de guitarra de Pablo A. Martín que estrenaba acompañante de batallas, su nueva Gibson.
Otra versión nos volvieron a regalar, un descarte de Born To Run de Bruce Springsteen con el que enseñaron lo bonito de no sólo tocar tu música sino de poder homenajear a tus ídolos.
Un riff del precioso bajo de cinco cuerdas de Fernando Lima empezó a sonar al que luego se le unieron las guitarras que terminaron en Crazy Rachel, un tema recién terminado de grabar. Su pegadizo ritmo se nos quedó y acabamos todos agachados en el suelo para, de un salto, volver arriba a terminar la canción con la máxima energía posible. Se estaba terminando el tiempo y ya nos acechaba esa sensación que te ataca siempre al final de cada concierto.
Una última cover de The Allman Brothers acompañada por las palabras de agradecimiento de Emilio Bonilla detrás de la batería comenzaba a cerrar. Muchos grupos legendarios sonaron junto a mucho rock nuevo. Versiones de clásicos y temas frescos escuchamos esa velada para dar como resultado una mezcla perfecta de rock. Y para despedirse, No Kisser Girl junto a Drive My Car de los Beatles. Canciones con las que cerraron una noche de disfrutar de la música y de volver a vivir la sensación de emoción y orgullo que se te queda al descubrir nueva música con tus amigos.
Y así se vació de nuevo el Maravillas después de habernos divertido con Tangerine Flavour. Un grupo que te hace recordar por qué nos gusta la música, la música en directo, y sobre todo, por qué nos gusta el rock. Las ganas, el afán por llevar su música al público, la ilusión y la felicidad. El disfrute simplemente por estar allí. Todo eso es lo que transmitían encima del escenario con cada una de sus canciones y esa es con la sensación con la que nos quedamos.