Chico conoce chica y al padre de la chica no le gusta nada el chico. Así podría resumirse el argumento de ¿Tenía que ser él?, la última comedia de John Hamburg, guionista de Los padres de ella y Zoolander, que llega a nuestros cines el 13 de enero.
Stephanie (Zoey Deutch) se enamora de Laird (James Franco), un joven millonario con unos modales bastante asalvajados. Aprovechando la llegada de las fiestas navideñas, Steph decide invitar a su padre (Bryan Cranston) y al resto de su familia a la casa en la que vive con el excéntrico Laird en Stanford. Sin embargo, suegro y yerno no parecen congeniar demasiado.
El tándem antagonista Franco-Cranston recuerda a Ben Stiller y Robert De Niro en Los padres de ella, aunque no tan hilarantes y con una dosis extra de palabrotas. La actitud de Cranston es mucho más paternalista en una comedia en la que abundan los clichés y cuya principal trama es la lucha de testosterona entre padre y yerno. De hecho, la relación amorosa entre Stephanie y Laird queda relegada a un segundo plano.
Pero, a pesar de los tópicos y de algunas bromas que rozan la obscenidad, también hay que recalcar algunos puntos positivos de la película que conectan y hacen reír al espectador. Por ejemplo, el filme está repleto de guiños a la cultura popular como las series y productos de Netflix, el universo gamer e Internet en general. Por otra parte, el personaje de James Franco evoluciona a lo largo del metraje mostrando un fondo entrañable y regalándonos una bonita moraleja sobre el valor de la familia.
Además, ¿Tenía que ser él? se reserva una sorpresa para lo más rockeros: la música de la banda KISS juega un papel esencial en la trama. Nostálgicos y millenials se unirán para reír y entonar I was made for loving you a todo pulmón. Porque hay canciones que siempre merecen ser escuchadas con el volumen al máximo.
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