Convierte lo ininteligible en realidad a través del esbozo. Una línea trazada de vida sobre la pulcritud del papel, donde los personajes se convierten en personas y los diálogos traspasan cualquier “cuarta” pared habida y por haber. Algunos le han otorgado el acertado título de “El nuevo Miyazaki” por la forma en que sus historias se revelan ante el mundo; en forma de una fina línea que separa la realidad de la ficción y en cuyo eje se encuentra la más pura raíz del sentimiento.
Tras diversas incursiones en el mundo del cortometraje y el OVA, Makoto Shinkai se concentra en un proyecto llevado casi enteramente por él. Dirección, guión, dibujo, arte; asume todas las funciones para conseguir, finalmente, el que será su primer largometraje: El lugar que nos prometimos (2004). En esta historia, se establecerán los pilares principales que perseguirán a Shinkai en el resto de sus producciones, como lo son el poder de la distancia, el férreo sentimiento de la amistad y el amor.
Seguidamente le toca el turno a uno de los títulos que más reconocimiento le daría entre el público y que consiguió que su nombre comenzase a tararear entre los amantes (y no tanto) de la animación. 5 centímetros por segundo (2007) está dividido en tres partes y en ellas nos relata las vivencias del joven Takaki, y la relación con su querida amiga Akari. Un esbozo de cómo, a veces, los kilómetros parecen no importar nada y al mismo tiempo pesan como sacos de arena. Una metáfora que se asemeja a las flores de cerezo: nacen juntas, pero cada vez se van distanciando más, casi como a cinco centímetros por segundo.
Cuatro años serán los que tardará en retomar la temática de la ciencia-ficción. Con Viaje a Agartha (2011) se acentúa la figura de Shinkai como especialista en crear universos únicos, donde la belleza de las imágenes se antepone a la valentía de afrontar una historia de tal calibre. Porque, ahí reside otro detalle por el que sus filmes resultan tan suaves como la seda: la visceral naturalidad que desentraña a la hora de hablar del «yo interior». La identificación simultánea y perfecta de todo aquel que lo esté viendo.
Con alguna otra producción de cortometrajes de por medio, en 2013 llegará El jardín de las palabras, un relato que, aunque más desapercibido, nos refleja la relación que nace entre un joven de 15 años y una mujer de 27, en plena temporada de lluvias en Japón. Bajo el acogedor techo de su encuentro, ambos consiguen afrontar situaciones complicadas y perseguir aquello que más ansían.
Y llego a la que se ha convertido, en los últimos meses, en la revolución de la animación. Your Name (2016) ha arremetido contra el resto de cartelera y se ha hecho con el corazón de más de un espectador. El precioso relato sobre dos personas, a secas y sin añadidos. Si se desvela cualquier detalle del argumento, uno se pierde la magia de ir desvelando el secreto. Lo que no cabe duda, es que se ha hecho éxito por el cuidado de cada uno de los detalles. Una joya audiovisual que hará de sí misma un flechazo inmediato.
Aunque se quiera comparar, Makoto Shinkai es único en su forma de crear arte. Cada línea que traza sobre la pantalla hace sentir a uno que es parte de algo íntimo. La cercanía de un viejo amigo que te relata cuentos fantásticos donde no siempre los finales tienen por que ser felices. Y, sobre todo, que uno tiene que esperar a encontrar la sorpresa dentro: el corazón en un puño y esa imborrable sonrisa en el rostro (permanente, inherente y, a veces, bañadas de sentimientos).
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