He viajado a través de un país de hombres,
un país de hombres y también de mujeres,
y he oído y visto tan horrendas cosas
como nunca los caminantes de la fría Tierra han conocido.
(Fragmento del poema El viajero mental, de William Blake)
La tres veces nominada al Oscar, Agnieszka Holland (Angry Harvest, Europa Europa, In Darkness), dirige esta coproducción europea basada en la novela homónima de Olga Tokarczuk. Ambas, Holland y Tokarczuk, se han encargado de la escritura del guión.
Protagonizada por Agnieszka Mandat-Grabka, Wiktor Zborowski, Miroslav Krobot, y Jakub Gierszał, la película obtuvo el Premio Alfred Bauer en la Berlinale de este año, y ha sido preseleccionada por Polonia para competir en la categoría de Mejor película de habla no inglesa en los Oscar 2018.

Agnieszka Mandat-Grabka da vida a Duszejko. Nunca la llames Janine.
Sinopsis: Duszejko, una excéntrica ex ingeniera, astróloga y vegetariana, vive en un pequeño pueblo de montaña en la frontera checo-polaca. Un día, sus queridos perros desaparecen. Unos meses después, Duszejko descubre el cadáver de su vecino, un cazador furtivo. La única pista sobre su muerte es un rastro de huellas de corzo alrededor de su casa… Con el paso del tiempo, aparecen más muertes espeluznantes. Las víctimas, todos cazadores, pertenecen a la élite del pueblo. La investigación policial es bastante inútil y Duszejko tiene su propia teoría: los asesinatos los han cometido animales salvajes…
La película, narrada en clave de suspense, nace de un planteamiento ecologista y se desarrolla con una clara intención de denuncia. El problema viene cuando esa denuncia, quizá su baza más potente, queda empañada por un ejecución errónea del género. Y es que hay algo que no termina de funcionar. Puede que la profundidad no sea suficiente, que se desprenda cierta frialdad, o que esos toques de humor no lleguen a ser todo lo negros que deberían.
Y es una pena, porque toda la primera parte va sembrando bien los elementos, y el fuego lento con el que se cuenta y el localismo propio de la historia, benefician enormemente al conjunto. Pero el segundo acto se pasa de largo, y cuando empieza a recoger toda esa siembra inicial, es cuando tropieza.

La actriz polaca se alzó con el Premio a la Mejor Actriz en la Seminci 2017.
Son los trabajos de Agnieszka Holland y Agnieszka Mandat-Grabka, los que hacen que la balanza tienda al equilibro. La directora compone un atmósfera evocadora, y lo acentos que marca con el uso de la música son clave; mientras que la actriz protagonista humaniza a un personaje que por sí solo, desde el papel, no contaba con su mirada. Recordemos que este trabajo le valió hace un par de semanas el premio a la mejor actriz en la Seminci (ex aequo con Laetitia Dosch).
Con todo esto, hacer una evaluación cerrada de Spoor (El rastro) es complicado. Habrá quien se quede con los fallos y habrá quien focalice en los aciertos, pero en realidad no es un tipo de cine que deba juzgarse desde esos extremos. Depende de la óptica. Como todo en realidad.
Pingback: Estrenos en crudo: donde esté un buen slasher, que se quiten las gafa de pasta | NO SUBMARINES