¿Qué hubiera ocurrido si la historia de Bonnie y Clyde se hubiera desarrollado en la época actual, ambos fueran millenials adolescentes (y por ende, un desastre personal y hormonal) y se movieran por actos un poco más nobles, pero con resultado nefasto? Conseguiríamos la serie que está dando de qué hablar a las redes sociales y que ha maravillado a la crítica: The end of the f***ing world.
De la mano de Netflix, esta producción británica nos llega en forma de ocho capítulos breves y nos relata las vivencias de James y Alyssa, dos jóvenes muy poco normales: él es un “psicópata” en potencia y ella una psicótica en creces. La suerte estará echada el día que sus caminos se crucen y se embarquen en la aventura que ambos siempre habían esperado; la de buscar su propio sitio en un mundo donde parecen no encajar.
Y es que, muy a pesar de lo que parece, esta es una de las bazas que más juegan a favor de la nueva serie de moda: la de dos personas que son distintas al resto, que nadie los comprende y que necesitan romper con su vida para reconstruirla de cero. Además de ello, también cuenta con una calma delicadeza que le ayuda a tocar otros elementos que la envuelven en magia: el abandono, el acoso, el suicidio y, especialmente, un amor incondicional que, al final, nace en un pequeño amasijo de mentiras, y se ve envuelto en una constante cuestión.
Un drama profundo que transciende más allá de la comedia negra y que, a pesar de que sus protagonistas son adolescentes, conduce asuntos mucho más palpables para el mundo adulto. Todos hemos sido Alyssa o James en algún momento de nuestra vida, más tarde o más temprano.
Un buen guión tampoco sería nada sin la presencia de los dos actores que encabezan a sus protagonistas: Alex Lawther y Jessica Barden. Ambos consiguen una química tal que traspasa la pantalla y endulza una historia que, mirada desde lejos, podría resultar de lo más regular. Los dos actores se convierten en los conductores perfectos de la oscuridad e inteligencia que traspasa cada poro de The end of the f***ing world.
Una serie que te devuelve las ganas de ser adolescente otra vez; de tener 17 años de pureza y locura, donde parece que todo es posible y que cualquier sueño es posible de alcanzar. Que aunque, bajo un velo de opulencia y ambiente deprimente, la posibilidad de llegar a encontrar ese “algo” es posible. Aunque sea el mero hecho coger de carretera sin destino claro y a quemar rueda.
Pingback: S01E03: El de Los dinosaurios también gritan | NO SUBMARINES
Pingback: Calendario guiado de series: estrenos y regresos del 1er trimestre de 2018 | NO SUBMARINES