Tras su buena acogida en el Festival de Sundance, Mandy ha llegado a Sitges contando con la presencia de su director y coguionista Panos Cosmatos y su protagonista Nicolas Cage (receptor del Gran Premio Honorífico) para presentarla.
Mandy nos adentra en la vida de Red Miller (Nicolas Cage), un leñador que ha encontrado el amor y la felicidad con Mandy (Andrea Riseborough) en un lugar remoto de los Estados Unidos. El día que el líder de una secta (Linus Roache) se cruza con Mandy, su inmediata obsesión por ella cambiará sus vidas para siempre, obligando a Red a emprender la senda de la venganza.
Panos Cosmatos no es nuevo en el festival, ya que estuvo presente en la edición de 2011 con su debut Beyond The Black Rainbow, la cual el propio director mencionaba en la rueda de prensa de Mandy que alguien la había descrito como una consecución de gifs. Bromas aparte, con Mandy, Cosmatos continúa con la estética ochentera de su primer film, con un énfasis especial en la paleta de colores saturados (rojo, azul y rosa en particular), utilizando la iluminación y la fotografía para sumergir al espectador en una experiencia alucinógena de principio a fin. Poco a poco, esa extraña alucinación irá tornando en una pesadilla, y su trama (dividida en tres capítulos) irá avanzando lenta pero implacablemente, episodio a episodio, del mismo modo que Red irá evadiendo obstáculos para alcanzar su venganza.
Cosmatos tiene claras sus referencias dentro del género fantástico y el terror y se atreve con todo desde esa pasión cinéfila, pero siempre con la cabeza fría. No hay nada en este film a nivel técnico que no esté calculado al milímetro, y la espontaneidad se ve relegada al reparto. Con respecto a esto, Panos no se ha equivocado al confiar el peso de la película en Nicolas Cage. Sólo él es capaz de llevar a cabo las escenas de acción de una forma visceral y confiar en que su elasticidad facial haga el resto en los momentos de alivio cómico.
Porque sí, como el propio actor afirmaba en la rueda de prensa de presentación, sorprendentemente, los memes y gifs de su extravagantes expresiones han contribuido a que su nombre siga siendo relevante, y con esta película ofrece una nueva remesa de memes que prometen ir circulando en breve por las redes sociales. Aunque nos resulta difícil discernir si el tono autoparódico que rezuman algunas de estas escenas es intencionado o no, el resultado sigue provocando las carcajadas del público igualmente.
Por último, pero no por ello menos importante, nos queda la banda sonora de Jóhann Jóhannsson, que le da el alma a la película y nos vuelve a recordar que nos dejó demasiado pronto. Cosmatos ha declarado que el compositor se esforzó hasta los límites de su cordura para realizar la que resultó ser su última banda sonora. Inspirada en el heavy metal y con algunos homenajes hasta el mismísimo Morricone, los sintetizadores son protagonistas, pero desde luego no son los únicos instrumentos que destacan en una compleja banda sonora que nos transmite esa ira que viene en oleadas, hasta conseguir la ascensión de Red Miller a la locura, y nos traslada a un mundo oscuro donde los monstruos diabólicos pueden ser invocados, si se tiene el instrumento adecuado.
Pingback: Palmarés de Sitges 2018: ‘Climax’ gana el premio a mejor película | NO SUBMARINES