Siempre es buen momento para ver películas de terror. Con ellas, nos adentramos en el universo de los miedos y los horrores, un universo que nos embriaga de tensión y que, a la vez, puede ser muy bello visualmente.

Lo cierto es que el género de terror cuenta con títulos que han pasado a la historia por su estética, como Psicosis (1960) y la icónica escena de la ducha que tantas tomas requirió para quedar perfecta. Pero también hay películas más jóvenes que son todo un festín para nuestra vista como Mandy (2018), recién estrenada en el festival de Sitges.

Por desgracia, numerosos detractores consideran el cine de terror un género menor y simplón. Sin embargo, también somos muchos los que disfrutamos con él, con la atmósfera que construye cada filme y con títulos que nos regalan una fotografía memorable. A continuación, os mostramos algunos de ellos:

1. The Neon Demon (2016)

La búsqueda de la fama, el éxito y la eterna belleza desemboca en una espiral de obsesión y violencia en esta cinta en la que Elle Fanning reluce. Y no solo por su interpretación, sino por el espléndido trabajo de vestuario y maquillaje y por el ambiente psicodélico de colores llamativos con los que Natasha Braier, su directora de fotografía, expresa la euforia que experimenta la protagonista al avanzar hacia su sueño de ser top model.

2. Lost River (2014)

La primera película de Ryan Gosling como director no tuvo muy buena acogida entre los críticos. Sin embargo, Lost River logra grabar en la retina (y en la mente) del espectador algunas de sus escenas apostando por una estética en la que el neón también cobra protagonismo y potencia el dramatismo.

3. El bosque (2004)

No es de extrañar que El bosque sea una de las mejores producciones de M. Night Shyamalan a nivel narrativo y visual. Y es que entre las filas del equipo técnico resalta Roger Deakins, director de fotografía de maravillas como Fargo (1996) o Blade Runner 2049 (2017). Los rojos y amarillos vivos del vestuario destacan sobre el tétrico y oscuro bosque al que tanto temen los protagonistas.

4. Sleepy Hollow (1999)

Otro de los pesos pesados de la dirección fotográfica, el gran Emmanuel Lubezki, es el encargado de crear el aura gótica de la estelar película de Tim Burton. La leyenda del jinete sin cabeza cobra vida mediante imágenes oscuras y tenebrosas muy difíciles de olvidar.

5. Drácula (1992)

Los vampiros son unas de las criaturas más oscuras de la cultura popular. No obstante, la diseñadora japonesa Eiko Ishioka quiso dotar al Drácula de Coppola de elegancia y color. El vestuario se convierte en la luz de la película y su vistosidad contrasta con los lúgubres y tenebrosos escenarios. Una joya visual de principio a fin.

6. El resplandor (1980)

Son muchas las razones por las que El resplandor ha sido encumbrada como una de las obras maestras del cine. Pero, sin duda, una de ellas es la alianza entre Kubrick y el director de fotografía John Alcott, con el que también trabajó en títulos como Barry Lyndon (1970) y La naranja mecánica (1971). La obsesión por la simetría y la armonía es un rasgo clave de la línea estética del film, en la que se cuida hasta el último detalle.

7. It (2017)

El escalofriante Pennywise regresó el año pasado de forma estelar en el remake del clásico noventero, por el que no muchos apostaban. Pero lo cierto es que Andrés Muschietti aprobó con creces la ardua tarea de recrear una de las historias más aclamadas de Stephen King. La carga perfecta de sustos, una dosis de emotividad y nostalgia y, sobre todo, una fotografía preciosa tanto en las escenas más terroríficas como en las más cotidianas (y enternecedoras). Deseando estamos de ver la segunda parte, que se estrenará en 2019…