El pasado jueves 8 de noviembre y tan solo unas horas antes del lanzamiento de Una canción de cuna entre tempestades, Ramón Rodríguez se subió al escenario de la Sala But junto a su banda para presentarnos su nuevo trabajo acompañado por los clásicos imprescindibles de su suculenta discografía. La formación barcelonesa había publicado cuatro singles (con sus respectivas caras B) durante los últimos meses, lo cual daba material de sobra para que el público cantase las letras de un nuevo álbum aún sin haber visto la luz.
Las primeras notas de la noche empezaron a sonar con el delicado pop de Invisible Harvey, acompañados con unos sutiles arreglos de cuerda y un hambre que llenaron la sala de una energía positiva que iba a permanecer presente durante toda la velada. Y llegó el momento, The New Raemon se subió al escenario para abrir con Naturaleza, una desconocida canción de su colección que nos trajeron como un regalo para después encarrilar con los temas del nuevo disco; Signos de vida en la lejanía, En el centro del baile, Wittgenstein, Charlestón (flores y dolores) , Cíclope y Una belleza propia.
Con estas nuevas canciones, se creó una atmósfera casi tangible que envolvió a la sala el resto del concierto, demostrando la cohesión y la complicidad de una banda que tras haber tenido distintas formaciones a lo largo de su dilatada trayectoria, ha encontrado una estabilidad y una mirada única para ofrecer un sonido nítido y solvente en cada uno de los conciertos. Las siguientes canciones formaban parte de su anterior trabajo Oh, Rompehielos (2015) como El yeti, Mientras sea intruso, Quimera y La reina del amazonas. Ya se empezaba a intuir un repertorio dividido en bloques por álbumes en vez de saltar aleatoriamente entre tema y tema de su prolífica carrera.
En el último tercio del concierto, Ramón confesó que sufría molestias en la garganta desde la noche anterior y estaba haciendo un gran esfuerzo para poder seguir cantando. Lo que dio lugar a la anécdota de la noche cuando de repente adelantó varias canciones del setlist y empezó a tocar los primeros acordes de La cafetera, algo que no estaba previsto y comunicó a su banda con un “os jodéis” que levantó las risas del público mientras los músicos cambiaban la configuración de instrumentos y pedaleras en tiempo récord. A pesar de rebajar la duración del concierto, el broche de oro vino con su temas clásicos como Fuera complejos, El fin de la Resistencia, para finalmente terminar con la sala cantando a pleno pulmón Tú, Garfunkel.