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Wes Anderson y el año de las emociones

(¡No olvides darle al play para hacer sonoro el ‘Director del año’!)

Pasos. Continúas caminando y llega un momento en el que echas la vista atrás. Recorres con los ojos cada uno de los puntos que se marcan en tu interior. ¿Estrías emocionales? Se producen cuando los sentimientos vienen y van. Acontecen en un corto periodo de tiempo y vuelven a viajar a otro porvenir, dejándote hecho polvo; como duendecillos traviesos y aburridos que no pueden parar de cambiarlo todo de lugar.

Te sientas, fatigado y con la mano en el pecho, y no puedes evitar retener los recuerdos que se amontonan y hacen que los ojos se empañen de lágrimas y los pelos se pongan de punta. Y, a pesar de reconocer todo eso, te abrazas fuerte. Muy fuerte. Y esbozas una sonrisa triste que termina calentándote desde dentro y recorriendo cada linde de tu cuerpo. Emocionarse es el mejor síntoma para reconocer que uno sigue vivo. Aunque olvidado, siempre reconforta ver que has sobrevivido y que puedes verlo todo como si fuera una exposición que representa el “yo”.

Pintar toda una existencia a través de las vivencias que se presentan en nuestro camino: acuarelas que representarán lo bueno y malo que uno ha tenido que sentir, muchas veces sin ser conscientes de la elección cromática que se ha hecho.

Dicen que las emociones y los colores corren dados de la mano. Que el amarillo expresa creatividad, inteligencia y sabiduría, al mismo tiempo que la agresividad de la ira y la traición; que el naranja es alegría y confianza, acompañado del azul, que nos abraza en la calma y serenidad del mar. Se anteponen al agotador rojo, demasiado enfadado para funcionar en armonía, y al marrón como algo necio (aunque sepa encontrar asilo en la honradez él solo).

Y resulta reconfortante que llegue un punto en el que te importe cero de qué color quieras pintar tu vida. Que lo que realmente merezca la pena sea lo sentido y vivido y que lo otro sea un mero complemento, en segundo plano.

Pero también reconocer que a todos nos gustan los fondos bonitos y que exista gente como Wes Anderson que sepa plasmar todo lo que uno lleva dentro con una belleza que resulta enigmática. Como un “pintor” de las emociones.

Emociones y sonrisas color pastel.

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