Este año, febrero no podría haber acabado de mejor forma que con el paso de Bastille por Madrid. La banda británica dejó un recuerdo imborrable en la capital el pasado 28 de febrero ante el enérgico público del Palacio de Vistalegre. Una velada llena de hits, baile y espectáculo.
Los fans más acérrimos de Bastille disfrutaron de algunas sorpresas antes de que Dan Smith y los suyos irrumpieran en el escenario. Y es que el concierto contó con dos teloneros de lujo: la joven artista Akine y el cantautor escocés Lewis Capaldi. El público se conmovió especialmente con Capaldi, que inundó Vistalegre con su desgarradora voz en canciones como Grace y Someone You Loved, baladas que nada tienen que envidiar a las composiciones de Ed Sheeran (y por favor, escuchad YA su cover de Shallow de la película A Star Is Born).
Y, entonces, tras este dulce preludio de jóvenes talentos que merece la pena conocer, el escenario se transformó en puro espectáculo con la aparición de Bastille al ritmo de Wild World. Desde el minuto uno, la banda derrochó energía y entusiasmo, haciendo vibrar al público con cada nota. De hecho, Dan trató de hacer partícipe a cada uno de los asistentes animando a bailar, saltar, aplaudir, cantar, gritar, cantar y dejarse llevar.
El color y la luz fueron también cobrando protagonismo desde el principio y los juegos visuales de las pantallas del escenario casi parecían querer abandonarlas para fundirse con la voz de Dan. Sin duda, un acompañamiento idóneo para las canciones que fueron sucediéndose, como Quarter Past Midnight, Send Them off! y I know you.
Otro acompañamiento estelar fue el de los músicos teloneros, ya que tanto Akine como Lewis Capaldi interpretaron una canción junto a Dan. En el caso de Akine, se trató de World Gone Mad, un dúo delicado y bello. Y tras despedirse de la joven, Dan saltó del sofá desde el que estaba cantando para entonar junto a Lewis Capaldi su mítica Bad Blood.
El momento álgido del concierto llegó con Pompeii, tema con el que absolutamente nadie pudo quedarse sentado y en el que Dan hizo especial alarde de su formidable técnica vocal. Good Grief, Laura Palmer y Off the night fueron otros de los temas más esperados con los que los ingleses obsequiaron a su entregado público, consciente de que la recta final se acercaba.
Como no podía ser de otra forma, Bastille puso el broche de oro al concierto con Happier, el hit en colaboración con el DJ Marshmallow que actualmente está arrasando en las emisoras de medio mundo. Aunque la mayor sorpresa de todas aún estaba por llegar…
En su despedida, Bastille quiso homenajear sus inicios entonando Flaws, uno de los temas más míticos de la banda. El público estaba tan inmerso saboreando la última canción del show que tardó unos segundos en percatarse de que Dan Smith ya no cantaba desde el escenario, sino en la pista. Y es que el líder del grupo finalizó el concierto de la mejor forma que puede hacerse: entre el calor del público.
*Fotografía: @bastilledan.