El eco de los neumáticos chocando con el asfalto, una canción indie sonando en la radio, las ventanillas bajadas y el viento en la cara. Una sensación de libertad te embriaga, te conduce a rutas salvajes, a la intimidad de tus recuerdos; justo como esa sensación que te invade cuando ves esa película que te emociona, solo que ahora estás sentado en el asiento trasero del coche, viendo al protagonista saborear lo que la vida le depara.
Esa misma emoción fue la que debió de motivar a los votantes de la Academia a coronar con la estatuilla a mejor película a Green Book. Y, de acuerdo o no con el premio, no queríamos dejar pasar la oportunidad de recomendaros estas cinco road movies del siglo XXI.
1. Locke – Steven Knight (2013)
Ivan Locke ha construido a base de esfuerzo la vida que tanto había deseado: la estabilidad de un buen trabajo y el apoyo de una familia que te quiere. Sin embargo, una llamada de teléfono alterará ese equilibrio que tanto salvaguardaba. Y, para su desgracia, ni el tiempo estará de su parte.
Una claustrofóbica cinta sobre la delgada línea que separa el bien y el mal, el coste de la honestidad y como puede destruir todo lo que conoces. Tom Hardy y su talento serán los encargados de conducirnos por este tenso camino en el que Locke se verá involucrado.
2. A propósito de Llewyn Davis – Joel & Ethan Coen (2013)
Llewyn Davis intenta ganarse la vida como músico. Obligado a ser errante, el único hogar que conoce es su guitarra y la solidaridad de esos amigos que le dejan dormir en sus sofás. Toca folk en bares y garitos, pero sueña con un futuro mucho más brillante, es por eso que se lanza a la carretera, esta vez para conseguir una prueba con un magnate de la industria musical.
Un cuento sobre los sueños y su facilidad para truncarse. Un retrato que recorre la Nueva York de los 60 para dejarte el sabor agridulce de la derrota. Con una banda sonora y una fotografía que bañan la película con un halo de pura poesía, los Coen brillan tanto como el maravilloso Oscar Isaac.
3. Pequeña Miss Sunshine – Valerie Fanis & Jonathan Dayton (2006)
Los Hoover no son una familia corriente, no son la viva imagen del sueño americano, no. Tanto en el ámbito profesional como en el sentimental, parecen no haber conocido la palabra éxito. Sin embargo, su disparidad no los detendrá en cuanto el sueño de Olive está en juego: participar en el concurso de belleza Pequeña Miss Sunshine.
Esa caravana amarilla recorriendo las autopistas norteamericanas al son de The Winner Is es todo lo que uno necesita para dejarse atrapar por la aventura de los Hoover. Pero si estos motivos no te convencen, la franqueza de sus diálogos y la heterogeneidad de ese collage de personajes repletos de matices sí que lo harán. Pequeña Miss Sunshine es una crítica a la sociedad y a los cánones de belleza impuestos, un grito de guerra contra los estereotipos que día a día nos acomplejan. Es un viaje crudo y tierno, como la vida misma.
4. Nebraska – Alexander Payne (2013)
El viejo Woody Grant cree haber ganado un premio, o al menos eso es lo que ponía en la carta que había recibido por correo. Es entonces cuando decide ir hasta Nebraska, acompañado de su hijo, a recoger esa recompensa que tanto anhela. Así, este viaje se convertirá en la oportunidad de mitigar los errores que tanto han influido en la relación padre-hijo.
Nostálgica y melancólica, es una travesía a las raíces de uno mismo. Una historia que rebosa humanidad, con un impecable dueto de actores y filmada en un blanco y negro que hace aún más tangible esa sensación de tristeza que caracteriza la película.
5. Mad Max: Fury Road – George Miller (2015)
Desde que perdió a su familia, Max Rockatansky ha decidido que su mejor opción es deambular en esta realidad post-apocalíptica solo. Sin embargo, si quiere sobrevivir en esta aventura, no tendrá más alternativa que unirse a un grupo liderado por la Emperatriz Furiosa, para juntos huir del tirano Immortan Joe y sus hombres.
Un ritmo frenético y una fotografía apabullante se unen para recrear la cuarta entrega de Mad Max. Una odisea de violencia y acción que nos sitúa en un futuro post-apocalíptico cargado con una fuerte presencia femenina y una Charlize Theron como Furiosa que lleva a la perfección la batuta en esta rocambolesca trama. Apta para los fanáticos de la adrenalina.