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NOS Primavera Sound 2019: Día 3. Broche de oro al ritmo del ‘girl power’

Último día de festival. Como casi siempre sucede lo bueno suele dejar la sensación de haber sido breve. Llegamos a la ultima jornada con buen sabor de boca y muchas ganas de disfrutar de los últimos directos de esta edición. Una edición accidentada, ecléctica en estilos, muy irregular pero que también nos ha dejado grandísimas actuaciones. Con la confirmación de Pavement para el próximo año os dejamos con la crónica del tercer y último día.

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19:15 horas y sobre el escenario Seat una banda que nos encanta. Adrianne Lenker como solista y guitarra, Buck Meek a la guitarra y coros, Max Oleartchik al bajo y James Krivchenia a la batería, son los actuales miembros de una banda que nos encanta y a la que seguimos: Big Thief.

A Oporto llegan con nuevo álbum. El tercero de su carrera al que han titulado U.F.O.F. y que acaba de editarse hace escasas semanas Sus nuevos temas no se alejan demasiado de su estilo y siguen ahondando dentro de su estética musical. Temas acústicos y desnudos de pop alternativo, que buscan la intensidad emocional creada desde la alianza indisoluble entre guitarra y batería. Y como siempre la languidez y emotividad de Adrianne sobrevolando en todas sus composiciones.

Misterio, oscuridad, naturaleza en estado cristalino y amistad, son parte de las claves de su alianza sonora. Grupo más de sala de concierto que de festival multitudinario, escucharlos es siempre una delicia. Así sin apenas ofrecer resistencia, nos dejamos arrullar por la voz depresiva de Lenker, los riffs shoeghaze de sus guitarras y el ritmo in crescendo de la batería. Nítidas melodías, estribillos pegadizos y sobre todo mucha melancolía y soledad.

Y como la jornada va de voces femeninas, nos dirigimos al palco Pull&Bear para ver a la jovencísima Snail Mail. Nacida en la generación del 99, esta artista es una de las revelaciones musicales de este año. Lindsey Jordan, más conocida como Snail Mail, ha fijado la atención de los gurús de la música gracias a su álbum debut Lush. Con una seguridad y aplomo impropios de su edad, se asoma al escenario del NOS Primavera Sound feliz por el gran recibimiento del público.

Además de su indudable talento con la guitarra, su voz está llena de carácter y fuerza. Una voz transparente, afligida, solemne e impostada que surge de lo más profundo de su estómago. Una voz con un poso áspero y rasgado que no deja indiferente a nadie ¿Sus letras? Reflejo de su tiempo y su edad, muestran el aburrimiento, la soledad, las decepciones amorosas o las adversidades de una relación.

Sin miedo a nada, Snail Mail expone su yo más íntimo en un escaparate visible a todos. Con un estilo mezcla entre el pop y el jangle, Lindsey canta con candidez adolescente y emoción visceral, logrando que sus temas lleguen realmente hondo entre el público.

Llega uno de los momentos por no decir, el momento en mayúsculas de la jornada de cierre. 22:00 horas y todas las ganas del mundo para ver el potentísimo directo de Rosalía.

Carmín rojo, uñas XL y un estilismo blanco inmaculado sólo apto para grandes divas como ella. Rosalía es mucha Rosalía. La calidad de su propuesta no admite réplica. Sin límites ni barreras, se ha puesto el mundo por montera. Versionando canciones de otra época, o con sus propios temas, su privilegiada garganta cierra todas aquellas bocas que la critican.

Rosalía. Foto NOS Primavera Sound

Convertida en uno de los mayores referentes actuales dentro de la música internacional, ha hecho algo tan complejo y rompedor como es crear un nuevo espacio sonoro. Su disco El mal querer, lo ha reventado todo. Hoy convertida en todo un fenómeno de masas se siente libre para hacer y decir lo que el cuerpo le pide en cada momento.

Muchísima expectación por verla en directo y es que desde que Pitchfork la encumbrara a lo más alto, Rosalía se ha paseado por los escenarios más importantes de medio mundo. Oporto la espera y el público joven y no tan joven se agolpa para verla

Rosalía. Foto NOS Primavera Sound

¿Su directo? Un espejo de como ella es. Intenso, directo, arriesgado, valiente, pasional, creativo, rompedor y respetuoso. Con una coreografía absolutamente espectacular y un repertorio impecablemente elegido, Rosalía mantiene durante la hora que dura su directo una intensidad brutal. Defensora del empoderamiento femenino, su coraje es parte intrínseca de su identidad y un motor infinito de energía que pulsiona al público que la aclama.

Momentos especialísimos como su interpretación a capella de Catalina o cuando se baja del escenario y se abraza fundiéndose con el público y demostrando de este modo su agradecimiento. Te puede o no convencer su estilo, pero el como lo hace es de una genialidad tan abrumadora que está fuera de toda duda. Ella es una reina y el trono le pertenece, por raza, por inteligencia, por sensibilidad y por ser autentica y creíble como pocas. Bravo, bravo y bravo. A sus pies, Rosalía.

Y aun con la emoción en las entrañas nos dirigimos al palco Super Bock para ver a una banda que el pasado año dio un paso más allá, en su impecable trayectoria. Sobre el escenario principal tenemos la inmensa suerte de disfrutar de una banda a la que tenemos especiales ganas de ver en directo. El pasado año Low nos regaló material nuevo. Double Negative, se convirtió en uno de los mejores discos del 2018 y en uno de sus trabajos más descarnados e innovadores.

Reducir la estructura de la canción. Extender los acordes durante minutos. Interpretar con tremenda elegancia y dulzura. Esta es la esencia del estilo Low. Con su nuevo trabajo nos ofrecieron una cara desconocida y un nuevo modo de entender la música. Mucha expectación para verlos hoy en directo. Afortunadamente nuestros anhelos se cumplen y nos regalan un maravilloso directo. Melodías que son pura exquisitez. Cuerdas que se rasgan, percusiones sofisticadas y una atmósfera minimalista y triste, a la vez que dulce y sofisticada.

Conservando las pautas genuinas de la banda, añadieron una base electrónica junto a una psicodelia potente y experimental. Pulcritud cristalina en la ejecución, en el sonido y en el sentir. Abrazando la esencia de lo mínimo, construyen profundas atmósferas llenas de belleza y emoción. Un concierto bellísimo.

Con casi cincuenta minutos de retraso llega otro de los momentazos de la noche. Conocida como “La Reina del Neo Soul”, Erica Abi Wright, nació en Dallas el 26 febrero de 1971. Famosa bajo el sobrenombre artístico de Erykah Badu, esta pedazo de mujer es única.

Erica es una diva y lo sabe. Su retraso largamente abucheado por el público se zanjó cuando sabedora de su poder se dirigió al público diciendo “estoy feliz que de que sigáis aquí esperándome a mí”.

Comparada con Billie Holiday, su voz tiene un matiz absolutamente inimitable. Potente, aterciopelada y seductora, desde el segundo uno te impresiona su registro vocal. Su directo está lleno de ferocidad y orgullo racial. Merecidísima cabeza de cartel, detrás de su presente artístico se esconde toda una vida dedicada por y para la música. Trabajadora incansable, se mueve con la misma soltura ante cualquier estilo que se le ponga por delante. Durante el directo nos deleita con su personal reinterpretación de estilos tan diversos como el jazz, pop, hip-hop, soul, rythm and blues o música electrónica. Y es que lo suyo es de otro planeta. Autora de Baduizm, álbum con el que debutó en 1997 y que le valió dos premios Grammy, estamos ante una diva única, con una personalidad arrolladora. Destacaron las interpretaciones de temas como Out My Mind, Just In Timepple, Apple Tree” y Other Side of The Game, que el público ovacionó.

Una autentica leona que por momentos se ha comido a bocados el escenario. Con un público absolutamente entregado su directo ha sido bastante irregular. Erica desata pasiones. Ella lo sabe, pero quizás esperábamos más de una de esas grandes voces inmortales.

Madrugada y en el palco Pull&Bear Yves tumor. Pocos artistas hay capaces de crear piezas tan sublimes e innovadoras. Sean Bowie es un joven de Tennessee que empezó su carrera musical cerca del soul. Poseído por un demonio ciberpunk, el paso del tiempo le fue arrastrando progresivamente hacia los sonidos lo-fi, los experimentos electrónicos y los paisajes ambientales, agonizantes y claustrofóbicos.

Arriesgado y oscuro, combina la experimentación más extrema, con partes más accesibles de forma equilibrada e inteligente. Acuoso, futurista e intrigante, sus letras hablan del amor roto, del terror y la violencia.

En Oporto nos ofrece un directo trasgresor, experimental y por momentos perturbador. Vestido de negro y enfundado en elastano, su delgada silueta y sus epilépticos movimientos seducen y perturban por igual. Sustentado en una maraña de sonidos de punk-techno, añade incorporaciones esporádicas al micro, digitalizando su voz. Emblema de esta nueva generación de artistas radicalmente inconformistas, Yves Tumor nos abofetea durante el directo con una poderosa descarga sonora. Ruidos, frecuencias agudas, inaudibles, puntiagudas y distorsión sin límites, para un espectáculo que sobre todo no deja indiferente a nadie.

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Cerramos con él nuestra crónica de estos días con un enorme “gracias” y un seguro hasta pronto.

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