La cuarta entrega de la saga nos presenta a dos nuevos protagonistas que deberán enfrentarse a una amenaza desconocida infiltrada dentro de los MIB. Esta nueva entrega cuenta con Barry Sonnenfeld (el director de las tres cintas anteriores), esta vez como productor ejecutivo junto con Steven Spielberg. F. Gary Gray es el encargado de dirigir MIB: International después del éxito obtenido con la frenética Fast & Furious 8 y en esta ocasión, también consigue realizar un producto entretenido que tan solo ofrece pasar un buen rato, con todo lo bueno y lo malo que eso conlleva.
Lo que hizo grande a la primera película es que propuso una buddy movie diferente a lo que se había visto: una cinta de ciencia ficción delirante, divertida y llena de energía envuelta en una trama tan descabellada como interesante. Con el paso de cada entrega hemos ido viendo como se repetía la misma fórmula una y otra vez, dejando secuelas decentes, pero olvidables. MIB: Internacional fracasa en su intento de rejuvenecer la saga, de intentar mostrarte todo por primera vez y pretender que quedes tan fascinado como si fuera la primera vez que Will Smith bajase por ese ascensor y se topara con el cuartel general de la organización de los Hombres de Negro.
Cuando parece que la película está remontando, aparece otro gag que no funciona y nos recuerda que el guión es bastante flojo. El tratamiento y profundidad de los personajes es prácticamente nulo y cuesta empatizar con los protagonistas. Está claro que la franquicia esta formada por blockbusters que no buscan otra cosa que entretener y no se puede reprochar a estas alturas que los personajes tengan más o menos background. Pero, por ejemplo, en la primera entrega entendemos el comportamiento y las motivaciones del personaje de Tommy Lee Jones de forma muy sutil, con tan solo unas pinceladas de su pasado.
Por otro lado, después de coincidir en Thor: Ragnarok en lo que supuso un cambio hacia la comedia del dios del trueno, Chris Hemsworth y Tessa Thompson vuelven a coincidir en pantalla y la química entre ellos se palpa desde el primer momento. Los diálogos y réplicas entre el dúo protagonista posiblemente sea lo mejor de la película junto con los efectos especiales y sonoros. Sin embargo, Thompson supera a Hemsworth en tantos momentos que la película se apoya en su carisma para resolver muchas escenas.
En conclusión, aunque la película consiga entretenernos, es un intento fallido por revitalizar una franquicia que consiguió el respaldo de buena parte de la crítica y llegar al gran público. Aun así, es muy recomendable para ver en pantalla grande, los efectos especiales y sonoros son notables y hacen de la cinta una experiencia más que disfrutable.
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