No todos los días se tiene la suerte de escuchar en directo una voz como la de Michael Bublé. Feeling good fue el tema elegido para abrir el concierto del pasado sábado 28 de septiembre en WiZink Center, la segunda parada española de la gira An evening with Michael Bublé. Y con un comienzo tan apoteósico, en el que la orquesta engalanó el camino por el que llegó la impresionante voz de Bublé, parecía difícil que el show se superase. Qué equivocada estaba…
Tras su concierto en Barcelona el día anterior, Michael llegó a Madrid con ganas de regalar un concierto inolvidable. Por eso, no faltó casi ninguno de sus grandes hits, como el archiconocido Haven’t met you yet, el alegre Nobody but me y el single de su último disco, Love you anymore.
Como no podía ser de otra manera, los covers también cobraron gran protagonismo, confirmando la maestría del canadiense de hacer suya cada canción, de crear versiones únicas. Y no solo es el caso de la inicial Feeling good, sino de la emotiva Home y la sensual Sway, que Michael entonó como un híbrido entre el inglés y el español.
Y es que Bublé demostró su amor por el español dirigiéndose al público en este idioma siempre que podía, además de aludir continuamente a su esposa, la actriz argentina Luisana Lopilato, y a sus hijos.
Pero su familia no fue lo único de lo que se acordó el canadiense. Los agradecimientos y guiños a los músicos que le acompañaban fueron constantes. De hecho, cedió todo el protagonismo al trompetista Jumaane Smith, que dejó boquiabiertos a los espectadores con su voz.
Y hablando de cantar… Michael también prestó su micrófono a un joven del público, Jacobo, que le pidió cantar con él mediante una pancarta, un deseo que se convirtió en realidad.
Generosidad, humor, complicidad con la orquesta y con el público… Bublé regaló momentos inolvidables a su querido público madrileño, como por ejemplo su interpretación de You never can tell de Chuck Bery (baile a lo Pulp Fiction incluido).
Imponente y elegante con su lustroso traje pero nada distante, Michael se despidió elogiando al público, regalando su voz y su corazón. Y ante el vacío que dejó, no le quedó más remedio que regresar a entonar un par de canciones más, como una de sus más populares (y la favorita de una servidora): Everything.
Un concierto de Michael Bublé no se ve, se vive. Y como desconocemos cuándo volverá a España y podremos volver a vivirlo, nos conformaremos con escuchar sin remordimientos sus canciones navideñas cuando el otoño llegue a su fin. Let it snow, let it snow, let it snow…