Dos veces nominado por Productor del año, además de la nominación de Sound and Color a Mejor Álbum de Música Alternativa con la que Alabama Shakes se acabó llevando en premio a casa en 2015. Estos son los Grammys que Blake Mills lleva en su cuenta: 3 a la edad de 33 años.
Sound and Color, su trabajo con Alabama Shakes, fue su carta de presentación que le sacó del mundo de la guitarra y las sesiones de grabación como músico, para pasarse al otro lado del cristal y que gente como John Legend le llamase para producir un álbum con él. Y así nació Darkness and Light, que como el propio Legend afirma, fue considerablemente influenciado por el disco con la misma estructura antónima en el título.
En esta ocasión, al igual que en el disco del grupo liderado por Brittany Howard, podemos escuchar mucho R&B y distorsión, algo que suele formar parte de los sonidos de Mills, e incluso a la propia Howard cantando en la primera canción, que le da título al álbum.

Blake Mills in the studio recording Alabama Shakes’ «Sound and Color»
Su música sigue un planteamiento similar canción tras canción: baterías con sonido vintage, una guitarra ruidosa y sobre todo, un buen «groove« de esos de mover los hombros de lado a lado y que hasta te hacen la boca agua.
Blake Mills nació en California y su carrera musical empezó a despegar mientras iba de tour con Band of Horses y Julian Casablancas y trabajaba como músico de sesiones con artistas como Connor Oberst, Pink, Dangermouse o Vulfpeck. Mills sólo empezó a producir en 2011, pero es lo que le ha traído más reconocimiento mediático a su trabajo.
Sobre su técnica preferida a la hora de grabar un álbum, Mills se desmarca y comenta cómo no quiere que nadie le identifique con alguna técnica o pieza de hardware en especial, ya que eso no haría más que repelerle del mismo.
Y eso mismo, desmarcarse es lo que consigue en su último trabajo propio, Look, donde construye un sonido instrumental que se sostiene en lo más profundamente ambiental, con largas notas y drones de fondo que acompañan a las capas más superficiales: un conjunto de cuerdas y sintetizadores y guitarras con sonidos más metálicos.
Blake Mills hace un álbum precioso, totalmente alejado del estilo más indie pop de sus anteriores trabajos con artistas más reconocidos y donde nos enseña su capacidad creativa y de explorar elementos para crear un paisaje sonoro que podemos escuchar e incluso, ver.
Sin duda, este joven productor es digo de seguir la pista. Puede ser que no tanto por su fama inconmensurable, sino por su buen gusto y clase dentro del estudio.