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Nuevas canciones, viejos recuerdos

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Voy a escuchar nueva música, con el miedo a que tu recuerdo me invada.

Hay noches en las que estamos demasiado tristes, la realidad se vuelve retorcida, y no sabes cómo actuar. Hay noches donde el frío viene de tu interior.  ¿Qué camino es el correcto? ¿Por qué si estoy actuando bien me duele el corazón? ¿Qué hago contigo?

Hay noches como esta donde cuesta respirar, hay escenas en mi imaginación que me roban el aliento. Y no sé si quiero dormir para escapar de la pesadilla, o permanecer despierta para no soñar con la realidad.

Hay noches donde quisiera poder comprender la razón de todas las cosas.

La música, bella y macabra a partes iguales, vuelve a traer tu aroma.

Hay dolores que se han convertido en costumbre, y se harán olvido. Bajo las sábanas me remuevo: no estás. No estuviste. No estarás. Abrazo triste a la almohada.

Tengo guardada una lista de cosas que no te puedo decir a la cara y se parecen mucho a un te quiero y quiero que vuelvas. No podemos cambiar la realidad en la que vivimos.

Me estoy quedando sin tinta y sin amor. Me estoy abrazando a lo único que me queda: mi orgullo y la música que tiñe de un romanticismo impostado mis lágrimas.

¿Realmente quieres esto? Todo me recuerda a ti. ¿Realmente estás feliz en esta situación? Ojalá saber borrar la memoria.

¿Realmente eres feliz con las cosas como están? No puedo cambiar la realidad en la que vivo: he tenido que crear una muralla para protegerme de ti. (Y aún quiero salvarte).

¿Realmente es esta situación justa? Supongo que tu si te crees tu mentira.

Tu frialdad supera a la de la calle.

Tiemblo. Antes temblaba de nervios, ahora de tristeza. Mendigo amor. Estoy de rodillas en el suelo. Palabras que son tiradas a la basura sin miramientos. No das limosna.

Volver a viejos vicios. Autosabotaje. Esclava de letras de canciones. Todas son una puñalada.

¿Qué más da?

No comprendo la razón por la que algunas flores son arrancadas para ser desechadas después… pero mi piel entiende esa sensación perfectamente.

Pídeme que me quede.

Dime qué te has cansado de vivir esa mentira que te has construido. Sácame de esta jaula de oro donde te espero desde hace años. Dime que crees que es hora de recuperar el tiempo perdido, tiempo de hablar por horas. Cuéntame aquello que mantenían en secreto.

Destapemos mentiras. Pídeme que me quede. O déjame marchar. ¿Cuál es el límite de la pena?

Todo empezó como un juego. Escribir mis iniciales y las tuyas, ¿eh? Ahora decepción. Hacernos los tontos. Abrazar al orgullo. Y no sé cómo aceptar que la realidad es la ruina de nuestra suma.

Voy a escuchar nueva música, con el miedo a que tu recuerdo me invada. Una nueva canción que está manchada con tu recuerdo.

Una nueva canción que me hace suspirar tu nombre.

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