BTS, el grupo surcoreano recolector de récords y recientemente nominado a un Grammy, lanzó el pasado 20 de noviembre BE, un disco que supone un antes y un después en su carrera. No solo es la primera vez que los 7 miembros de BTS han estado al cargo de la producción de un disco en su totalidad: concepto, composición, diseño, etc., es también la primera vez que un grupo hace algo parecido en la industria del k-pop y hoy nos proponemos analizarlo en detalle.
BTS ha declarado que con este disco querían expresar las emociones y reflexiones que han tenido a lo largo del 2020, un año marcado a fuego por la pandemia de COVID-19 que afectó en sus comienzos especialmente a Corea del Sur y que hoy en día, sigue causando estragos en todo el mundo.
Los siete artistas han confesado que la cancelación de su gira mundial (que contaba con una fecha en España) los sumió en una suerte de depresión y frustración extrema, y, aunque hayan expresado su gratitud por poder realizar actuaciones aunque sea sin público, e incluso realizar conciertos online, para artistas que han nacido para estar encima de un escenario y recibir el calor del público, es inevitable que estos eventos hayan tenido un sabor un tanto agridulce.
Así que, fiel a su filosofía, lejos de enmascarar sus sentimientos y pensamientos más sombríos, han optado por aceptarlos y expresarlos en forma de canciones para así poder compartir con sus fans sus inquietudes ante esta época tan difícil que nos ha tocado vivir a todos, y de ahí sacar una fortaleza y determinación muy propia de BTS, un grupo que empezó con absolutamente nada y que ahora cuenta con uno de los fandoms más numerosos y fieles del panorama musical, su ARMY.
Life Goes On es el tema que da comienzo a la playlist del álbum y en el que el grupo habla sin cortapisas sobre el inicio de esta crisis y las consecuencias psicológicas del confinamiento y sus restricciones, pero también intenta transportarnos a un momento en el futuro cercano en el que toda esta pesadilla se habrá acabado como si nada hubiera ocurrido. Tal y como reza el título: la vida sigue, incluso dentro de esta época tan difícil, y seguirá también cuando se haya acabado.
La mezcla del sonido de la guitarra acústica, una percusión que sienta natural y orgánica con un beat mucho más producido y sintético hace de Life Goes On una canción que invita tanto a escucharla a primera hora de la mañana para empezar el día con buen pie, como ponerla en el coche y disfrutar de un viaje reparador.

Es inevitable mecerse al ritmo mientras llega ese estribillo en el que los cuatro vocalistas del grupo (Jimin, V, Jungkook y Jin) entrelazan sus voces en una melodía suave y acogedora. Y es que, a riesgo de resultar cursi, este tema sienta como un abrazo, un abrazo reconfortante y acogedor en tiempos en los que es imposible darlos.
Refiriéndose especialmente a sus fans, Suga afirma en su estrofa: “la gente dice que el mundo ha cambiado pero, afortunadamente, entre tú y yo nada ha cambiado.” Lo que viene a decir que en esta relación simbiótica que BTS tiene con sus fans, seguirán siendo el mayor apoyo del uno y del otro, pase lo que pase. Destacar también ese toque final en el que por encima de ese sample vocal sintetizado, se oye la voz soplada de V, un pequeño detalle que da un matiz muy íntimo al final del tema y que sirve como broche final.
Y de una canción que sienta en su mayoría orgánica, pasamos a todo lo contrario con Fly To My Room. Las voces de Jimin y V llenas de autotune acompañadas de unos simples acordes en un teclado setentero es lo que inicia este tema que ha contado con la colaboración del dúo electrónico Cosmo’s Midnight en su producción.
A lo largo de esta canción, el grupo pedirá una vía de escape a esa sensación que todos hemos vivido en la cuarentena: la de que el tiempo se ha parado y vivimos el mismo día una y otra vez. Quizás sea por eso que ese teclado setentero marca un ritmo para nada usual en las canciones de BTS, uno lento y desacompasado, que recuerda a la manecilla de un reloj avanzando lenta y pausadamente.
Con el aumento de voces e instrumentación en el estribillo y final de la canción, evitan que el tema se haga demasiado simple o repetitivo, aunque quizás habríamos deseado menos auto-tune para poder escuchar mejor esos melodiosos ad-libs.
Y volvemos al sonido orgánico con Blue&Grey. Compuesta por V, esta canción iba a estar dentro de su primera mixtape, pero finalmente, el grupo le pidió incluirla en el disco. Aquí se muestra especialmente las influencias tradicionales de V, fan de solistas coreanos como Kim Kwang Seok, pero también es consistente con su propio estilo, ya que la melodía desnuda tiene ecos a dos de los temas que el miembro de BTS ha sacado en solitario, Winter Bear y Sweet Night.
Si antes decíamos que no es propio de BTS ocultar sus sentimientos más oscuros, esta canción ciertamente lo demuestra. V ha declarado que la compuso para expresar ese sentimiento de apatía y tristeza que se había instalado en él mucho antes de la pandemia y no sabía cómo quitarse de encima, pero los tres raperos expanden líricamente ese tema a su manera.

Resulta especialmente desgarradora la declaración de Suga, miembro que ha batallado con la depresión prácticamente toda su vida, revelando que siempre ha tenido un signo de interrogación azul en su cabeza sin saber por qué y quizás por eso siempre ha intentado vivir con tanta pasión.
Sónicamente, es especialmente arrolladora la intro de la guitarra acústica y el sample vocal final, que da la sensación de que todo este tema fuera un mensaje en una botella, una sonda espacial flotando en la inmensidad del universo esperando encontrar a alguien que diga “te entiendo, yo también me he sentido así”.
La cuarta pista es un skit en el que los miembros celebran el número 1 en la lista de Billboard con su single Dynamite, que se incluye al final de la playlist del disco y sirve como interludio para el resto de temas, pero especialmente para los dos que están destinados a su ARMY: Telepathy y Stay. Es su manera de reflejar como sus fans son su mayor fuente de energía y apoyo.
Telepathy tiene, sin duda, la marca de Suga como productor, a pesar de contar con más colaboradores. El sonido retro nos acoge nada más dar los primeros compases, para pasar lentamente a un ritmo funk que nos recuerda a otra de las composiciones de Suga para el grupo, Seesaw (Love Yourself: Answer, 2018), aunque aquí la percusión esté menos producida y sea más juguetona. Siendo un tema centrado en el optimismo y, especialmente, en lo feliz que está el grupo cuando está con sus fans, es imposible no sentir esas vibraciones positivas fluyendo por los altavoces.
Dis-ease, por su parte, tiene el sello de J-Hope y su Hope World. Tal y como hace cada vez que tiene oportunidad, J-Hope vuelve a sus orígenes y su género preferido: el hip-hop. El tipo de hip-hop preparado y listo para lanzar a los más atrevidos a una exhibición de break dance y a los más tímidos, a lanzar sus puños al aire y enunciar sus ad-libs.
Pero lejos de quedarse en un tema del hip-hop de la vieja escuela sin más, el puente de la mano de Jungkook y Jimin ofrece un giro de lo más interesante, pasando a unos tambores en crescendo que calientan motores para una outro llena de vida y energía. Sería difícil encontrar una encarnación más fiel de la forma de ser de J-Hope como persona y como artista.
Con Stay, llegamos al último de los temas inéditos de este disco. Jungkook, el miembro más joven del grupo, compuso esta canción para su mixtape en solitario, pero tal y como ocurrió con Blue&Grey en el caso de V, el grupo le pidió que introdujera esta canción en el álbum, colaborando con Jin y RM para adaptarla, el mayor y el líder del grupo respectivamente.
Si antes decíamos que Dis-ease es la encarnación de J-Hope, no hay duda de que Stay es la de Jungkook. No solo por expresar su confianza y amor pleno por su ARMY, sino por el sonido EDM con el que el artista ya experimentó en Magic Shop (Love Yourself: Tear, 2018) y que transmite esa energía y optimismo desbordante que provocará que cualquiera con sangre en las venas pegue botes por la habitación.

Sin duda alguna, mi parte favorita del disco es que escuchando cada canción se sabe distinguir cuál de los miembros le dio forma. Es lo que hace a este disco tan especial y casi un milagro dentro de esta maquinaria bien engrasada que es la industria del k-pop. BTS se puso como objetivo antes incluso de su debut hacer algún día un disco en el que estuvieran al cargo tanto de la parte visual como de la musical y, después de 7 años, lo han logrado.
Esto no demuestra solo su talento, sino esa determinación y fortaleza de las que hablábamos antes y que son intrínsecas a ellos. En definitiva, estos son, indudablemente, un grupo y un disco muy especial, animaos a darle una escucha.