Se termina este tumultuoso 2021 y, como todos los años, en la redacción de No Submarines optamos por quedarnos con lo bueno: con todo ese cine que nos ha hecho olvidar, aunque sea por un tiempo, el caos que no espera fuera, o el que nos invita a tomárnoslo con mucho humor. En definitiva, buen cine. Sin más, os dejamos con nuestra personal lista de las mejores películas del 2021.
Love Gets a Room (Rodrigo Cortés) – Alicia Germán

Love Gets a Room nos cuenta la historia de un reparto de actores judíos que intenta interpretar un vodevil musical en pleno gueto de Varsovia. Su único objetivo es que durante unos minutos, el público se olviden de su situación. Sin embargo, todo se pondrá patas arriba cuando a Stefcia, la actriz protagonista, le ofrezcan la posibilidad de huir al acabar la función.
Se han hecho un gran número de películas sobre la ocupación nazi y el pueblo judío, pero la genialidad de Love Gets a Room es que deja todo eso como marco y no como centro de la acción. Así, como espectadores, nos vemos metidos de lleno en el dilema moral de Stefcia y la decisión imposible que tiene por delante, más que en el gran drama que la rodea.
Por otro lado, Rodrigo Cortés y David Safier han demostrado una gran valentía al hacer que el musical transcurra a tiempo real durante el transcurso de la película, ya que aunque sea un mecanismo que indudablemente añada tensión a la trama, en manos menos capaces, podría haberle restado verosimilitud al film y haber acabado en un estrepitoso desastre. Afortunadamente, no es así.
Love Gets a Room baila entre el romance y el thriller como pocas otras y nos da una protagonista para el recuerdo con Stefcia, interpretada por una Clara Rugaard de tan solo 19 años en el momento del rodaje y a la que le auguramos un futuro arrasador en el cine.
The Power of The Dog (Jane Campion) – Maite López

Tras sorprendernos con la serie Top Of The Lake, Jane Campion regresa a la dirección cinematográfica con The Power of the Dog (El poder del perro), adaptación de la novela homónima de Thomas Savage (1967).
Ambientada en Montana en la década de 1920, The Power of the Dog es un tenso drama familiar revestido de western que sitúa en su epicentro a Phil Burbank (Benedict Cumberbatch): un carismático hacendado que despierta temor y admiración en cuantos le rodean. Su posición de «macho alfa» se verá perturbada cuando su hermano George (Jesse Plemons) llega a casa acompañado por su esposa, Rose (Kirsten Dunst) y el hijo de esta, Peter (Kodi Smit-McPhee). Las nuevas dinámicas que generan ambos recién llegados serán el detonante que convierte a The Power of the Dog en otra película, y también en su mejor parte.
Lo masculino frente a lo femenino, lo rudo frente a lo dócil, lo salvaje frente a lo domesticado… Campion vuelve a deleitarnos con sus juegos de dualidades y sensibilidades en contraposición para ahondar en temas universales y recurrentes en su filmografía como el amor, el sexo y el deseo.
Acompañada además de una fotografía majestuosa (firmada por Ari Wegner), la cámara deja espacio para que sea el espectador quien juzgue qué sentir en todo momento, sin engaño alguno. Y se agradece.
Last Night in Soho (Edgar Wright) – Lidia Baños

Por tercer año consecutivo, una película de terror se convierte en mi estreno favorito del año. Muy cercana al thriller psicológico, Last Night in Soho ha sido mi gran sorpresa de 2021. O, quizá, no tan sorpresa, ya que desde el tráiler y sus maravillosos carteles a la más pura estética giallo, mis expectativas en el nuevo film de Edgar Wright (Scott Pilgrim vs. the world, Baby Driver, trilogía Cornetto) ya estaban muy altas. Si a eso le sumas un reparto de lujo, donde la fuerza interpretativa recae en dos grandes jóvenes promesas del cine como Anya Taylor-Joy y Thomasin McKenzie, queda poco que añadir.
Bueno, sí. Hay mucho más que añadir. Su guion que te atrapa desde el minuto uno. Su escalofriante retrato de las noches en el Soho. Sus geniales gags de humor donde queda patente la huella Wright. La explosión de luz y color, y un vestuario de ensueño. La música que te hace perderte en tiempos pasados que, tal vez, no fueron mejores. Y, sobre todo, la evolución de una historia sobre perseguir sueños a todo un canto contra la violencia hacia las mujeres.
Last Night in Soho es delicadeza pura. Es elegancia y macabro caos a la vez. Es sensibilidad y sororidad. Es una joya imperdible cuyo canto nos va a acompañar para siempre, en las más oscuras profundidades del Soho.
Don’t Look Up (Adam McKay) – Patricia López Delgado

2021 ha vuelto a ser un año extraño y, seleccionar la mejor película se vuelve una tarea difícil teniendo en cuenta el retraso en los estrenos que han sufrido muchas de ellas. Han sido varias las que se han ganado un huequito en mi corazón cinéfilo, varias de ellas aparecen en la selección que hemos hecho desde esta redacción. Pero hay una que me ha dado de lleno, a pesar de llegar una semana antes de que termine el año.
Se trata de Don’t Look Up, dirigida y escrita por Adam McKay. Mezcla de ciencia ficción, drama y comedia negra. Un sátira brillante y una gran bofetada al sistema neoliberal en el que vivimos y lo que ello implica. Una sociedad cada vez más atontada e inmadura que piensa con certeza que sus problemas se deben a que Mercurio está retrógrado y no porque no nos dé para llegar a final de mes.
Una sociedad que vapulea la ciencia y si además es una mujer la que aporta datos reales, observables y científicos, se la tacha de loca y es cancelada y apartada; una sociedad egoísta e individualista que confunde deseos con derechos.
En definitiva, una obra que podría funcionar como falso documental porque a pesar de sus exageraciones resulta tan real y tan cercana que te ríes por no llorar. Mención especial a las interpretaciones de Leonardo DiCaprio, Mark Rylance y a Jennifer Lawrence que me ha dado otra heroína; larga vida a su Kate Dibiasky. Por cierto, hay dos escenas post créditos, así que aguardad.
Nine Days (Edson Oda) – Álvaro Campoy

Sé que las últimas noticias nos están dejando absolutamente exhaustos. Es por eso que creo que en esta ristra de recomendaciones para finalizar el año, es importante añadir ciertos metrajes que exhalen vida y nos recuerden lo que de verdad importa. Este es el caso de la ópera prima del director brasileño Edson Oda, protagonizada por Zazie Beetz y Winston Duke.
En una casa en mitad de la nada, un hombre huraño que pasa el día revisando multitud de cintas de vídeo tiene una misión más trascendental de lo que parece a primera vista. Will, como se llama nuestro protagonista, será el encargado de realizar entrevistas a cinco almas no-natas para, mediante ellas, decidir cuál es la más óptima para vivir.
Con esta sinopsis de corte tan existencial y profundo, lo que dibuja Oda en su obra es un canto al simple hecho de existir. El director brasileño mediante una fotografía preciosista y una banda sonora original a cargo de Antonio Pinto, crea desde lo sencillo una cinta que se vuelve realmente compleja y que, pese a tratar asuntos tan extremadamente tristes, sabe llevar a las mil maravillas los contrastes emotivos.
Esto se muestra en su clímax, porque sí, aquí tenemos el que puede ser uno de los finales más catárticos de la historia del cine (os aliento a que aguantéis porque no os vais a poder quejar). Que te recuerden que tu existencia vale y que estás aquí por algo es necesario. Y esto lo hace de la manera más bonita. Coged pañuelos.
Encanto (Byron Howard, Jared Bush) – Ana Belén Blanco

Si existe una cosa que pueda tocarme la fibra sensible es, sin duda, la de la familia: ese entorno que nos envuelve, de una u otra manera, y que nos cobija, especialmente durante estos últimos días del año. Pero si encima le añades la fórmula en la que lo hace Disney, entonces podemos asegurarnos de que va a ser algo… inolvidable. Especialmente para tu caja de pañuelos.
En este caso, no podemos hablar de otra magia que no sea la de Encanto, la última creación de Disney y que viene acompaña de una magnífica animación, unas canciones muy pegadizas y emotivas, y una historia capaz de competir con el cariño y amor de la mismísima Coco.
De hecho, como bien nos tiene acostumbrados este estudio, lo que más sorprende de esta película, centrada en la historia de una familia y su casa mágica, es la gran enseñanza que deja atrás, especialmente en el terreno de la salud mental.
Aunque no lo parezca, Encanto pone el foco en una problemática que sufren muchos jóvenes: el de lidiar con las presiones y la ansiedad, aguantar carros y carretas por contentar a su familia, o la lucha interna de nunca ser suficiente.
Por eso, esta película no solo rebosa magia de por sí (¡aunque sea verdad) sino que expone una enseñanza tan necesaria para todas las generaciones, que se merece convertirse en un imprescindible para cualquiera.