relatos sonoros
Deja un comentario

52 horas contigo

Para hacer de este relato un relato sonoro, dale al play

He vuelto a usar las sábanas que me envolvían en mi juventud. No tengo a quién llamar para contarle sobre tu existencia, temo que alguien más se enamore de ti. Tampoco sé cómo poner en palabras esto que siento, que me hace querer salir corriendo y al mismo tiempo querer saltar de alegría.

Me hicieron pensar que el amor era dentado como las montañas de la ciudad de la que tuve que huir y ahora no sé cómo afrontar el mero hecho de tu existencia.

Alargas los días y el tiempo deja de correr rápido para mí, que siempre vuelvo a casa demasiado pronto.

Disfrazada de un animal que no soy y escondida tras una copa de vino blanco, hablo contigo, perdidos entre el ruido de la fiesta, sentada en ese sofá antiguo. Te miré con ojos bien abiertos, no quería perder detalle de ti. Tus dedos en la guitarra y mi voz desafinada.

Cincuenta y dos horas contigo son muchos minutos sonriendo.

Eres uno de mis secretos. Cruzo las manos susurrando mi canción favorita, murmullos de hablar ahora o callar para siempre. Esa improvisada oración que dice: estoy por ti, como Janet. ¿Puede esto convertirse en algo real? ¿Puede?

Posiblemente jamás vuelva a verte.

El reloj de nuevo tiene veinticuatro horas y por un momento el tiempo y el espacio se detienen. ¿Cómo voy a vivir sin ser tú quién marques el compás?

De vez en cuando echo de menos tu perfil conduciendo, y como eras la persona perfecta hasta que te llevaste lo que quedaba en mí.

Tus rarezas y nuestros finales, ¿no eran lo mismo?

Ahora, para mí, eres un bosquejo rápido escondido en algún cajón que realicé por una apuesta. Y sigue sorprendiéndome como ese retrato te representa también teniendo en cuenta mi falta de talento.

Te quise con la rapidez y la ternura de un primer beso. Fuiste el amor de mi vida durante un parpadeo. Ahora tengo que esforzarme en recordar tu rostro y sé de qué color son tus ojos porque me recuerdan una versión de mí más feliz.

Me resguardo entre las sábanas. No hay mejor escudo para los fantasmas del pasado.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.