El Palau se rinde ante la voz y la cercanía de Adele
24 de mayo, quedaban escasos minutos para las nueve de la noche y el Palau Sant Jordi vibraba con las idas y venidas de los asistentes, corriendo para llegar a sus asientos tanto en las gradas como en la pista, equipada para la ocasión con cientos de sillas. En el escenario, colgaba un telón de dimensiones descomunales en el que se proyectaba el rostro de Adele en blanco y negro, con los ojos cerrados a la espera del inicio del espectáculo.