El cuarto día en el Festival empieza con la demostración de que Rodrigo Sorogoyen tiene la capacidad de dominar cualquier género que se proponga. Después de su primer reconocimiento por Stockholm regresa con un thriller policíaco totalmente a la altura. Después descubrimos el lado más macabro de Florence Pugh con Lady Macbeth. A Taste of ink de Morgan Simon, un joven director con un gran talento para contarnos historias, sin duda la que más nos ha emocionado. Y finalmente cerramos el día con Porto, un fallido intento de intentar calar en el espectador a partir de frases para el recuerdo.