Ilusión, emoción y cierta prudencia, por no decir miedo, fue lo que sentimos cuando supimos que Blade Runner tendría una secuela. Esta prudencia a caballo entre el miedo y la ilusión no se disipó incluso cuando supimos que Denis Villeneuve sería el director. Miedo porque amar una obra no significa siempre hacerle bien, ni ofrecer algo diferente, aunque al frente esté alguien a priori solvente para tal empresa. Teníamos muy presente el fiasco que supuso para nosotras la secuela precuela de Star Wars, en la que el propio George Lucas quiso expandir el universo creado por él mismo, dándole tal vuelta de tuerca que su saga acabó pareciendo más una aventura de caballeros medievales espaciales con tintes folletinescos. Pero por suerte, de vez en cuando se produce una maravillosa anomalía que nos hace tener esperanza y ese es el caso que nos ocupa con Blade Runner 2049. Denis Villeneuve entiende qué fue y es Blade Runner y, al contrario de tantos otros, va a la esencia de la obra original, a los conceptos que la definen, …