Cristina Rubio, cantante, aprendiz eterna de pianista, compositora y lectora compulsiva de libros de Murakami. ¿Cuándo decidiste ser lo que eres? Creo que la música, a los que nos pasa, nos pasa sin que podamos decidir. Es lo que más sentido tiene en este mundo y sin lo que el mundo no tiene sentido. Pero supongo que decidí activamente ser músico cuando me tomé en serio a mí misma y acepté las horas de práctica y búsqueda concienzuda y el compromiso de por vida de mejorar cada día. Si pudieras cambiar algo de cómo te educaron, ¿qué sería? En la educación musical, me gustaría que me hubieran enseñado a “abrir los oídos” mucho más temprano. Aprender a escuchar más, convertir los sonidos en sensaciones y centrarme menos en regurgitar teoría sin entenderla del todo. De mi familia, por más que lo pienso, no se me ocurre nada. Siempre me dieron libertad para aprender a equivocarme (y luego poder decirme “te lo dije”). ¿Qué has tenido que sacrificar por la música? Suena a cliché, pero nunca …