Cardiff a mediados de los ochenta, vio nacer a una de esas bandas que forman parte de lo más grande de la historia musical. Rick Smith y Karl Hyde se conocieron en un restaurante de la ciudad donde ambos estudiaban y su inmenso talento los atrapó en una relación que ya dura treinta y seis años bajo el nombre de Underworld. Su propuesta era inusual y rompedora, nacida de su pasión por los sonidos sintéticos de Kraftwerk, para irse acercando sin discriminación a toda clase de estilos musicales, desde el rock hasta la música jamaicana. Expertos productores y magos del estudio, se lanzaron a revolucionar sin escrúpulos las pistas de baile con una receta que por aquel entonces era completamente inédita. Música que se reconvertía en himnos electrónicos, hipnóticos y festivos, superponiendo mil y un sonidos en un denso collage sonoro bailable hasta la extenuación. Sus inicios revelan una cara diferente con un sonido cercano al rock y al pop, pero tras la llegada de Darren Emerson en 1991, el grupo asumió el roll que …