Llegamos al tercer día de festival con la ilusión de disfrutar de un día muy grande. ¿El cartel? Absolutamente increíble. El sol nos sigue acompañando en este tercer día. Viernes 18 de agosto. Agotados todos los abonos semanas antes del inicio, resulta prácticamente imposible conseguir entradas de día y es que este año se estiman en más de 25.000 las personas que están pasando por el festival. No es de extrañar. Paredes ofrece la oportunidad de disfrutar de lo mejor de la música independiente en un entorno maravilloso. ¿Quién puede resistirse?
Con Andy Shauf comenzamos esta tercera jornada. Llegado desde Canadá este joven es un músico interdisciplinar. Compositor e intérprete de varios instrumentos, Andy es un nostálgico convencido. Sus padres tenían una tienda de electrónica y música y esto le facilitó la posibilidad de experimentar mientras maduraba su propia personalidad musical. Con un aspecto introvertido y una voz tenue y frágil sube al escenario para presentarnos varios de los temas de su último trabajo The party.

Andy Shauf. Foto Sonia García
Desde su primer trabajo en el año 2009 titulado Darker days, todo han sido elogios para este joven. Con una calidad incontestable sus composiciones te van enamorando desde la humildad. Colores y texturas sonoras llenos de matices infinitesimales en cada uno de sus temas. Acompañado de su guitarra acaricia las cuerdas mientras nos regala melodías llenas de sonidos cercanos al pop barroco y al folk. Con su mirada resguardada del público, Andy se rodea de dos clarinetes y un teclado para ser acompañado en sus directos. Con una música extremadamente delicada y atemporal este joven nos enamora en las distancias cortas.

Andy Shauf. Foto Sonia García
Y del recogimiento a la explosión. Young Fathers llegan al palco principal de Paredes. Son un trío y son de Edimburgo. Les encanta combinar sonidos varios desde r&b, rap, pop, indie pop, hasta música electrónica. Nacidos en el año 2008 y después de pasar por varias metamorfosis, el grupo editó Inconceivable Child y comenzó así a construir una reputación impresionante.

Young Fhaters. Foto Sonia García
Multiculturalidad y globalidad de un trío, que denuncia la realidad que les ha tocado vivir. Eclécticos en grado máximo, Alloysious Massaquoi, Kayus Bankole y el escocés Graham Hastings, han conseguido crear un discurso repleto de contrastes. Viscerales y energéticos su directo llena de decibelios el cielo de Paredes. Adictivas melodías, elementos instrumentales y sensibilidad urbana, que les hace ser el perfecto modelo del trip- hop clásico. La presencia escénica es uno de sus puntos fuertes y durante todo el directo la intensidad no decae ni un instante. Un espectáculo en el sentido más genuino de la palabra que el público ovaciona.

Young Fathers. Foto Sonia García
Con la explanada principal llenándose en un continuo goteo de público y con mucho short y camiseta de diseño, esperamos la entrada en el escenario de una de esas bandas de toda la vida. Johnson Ripley, alias Wooden Shjips y Sanae Yamada, son Moon Duo. Matrimonio dentro y fuera del escenario, desde San Francisco como cuartel general, han creado maravillosos trabajos como Escape, del año 2010 o Shadow of the Sun, del 2015.

Sanae Yamada de Moon Duo. Foto Sonia García
Guitarras lóbregas con perenne e intencionada distorsión se unen a los teclados con pistas prefabricadas y bases superpuestas. Su directo nos traslada hacia sonidos del krautrock, con la base del mejor post-punk. Sanae se mueve entre sofisticada y ochentera creando pistas superpuestas, con sus teclados y sus bases prefabricadas, mientras Jeffrey golpea la batería, apretando el acelerador del tiempo para hacernos gravitar. Provocando en el público sensaciones cercanas a algún alucinógeno, flotan en el ambiente referencias al rock minimalista, electrónica experimental y un poso de vanguardia underground.

Johson Ripley de Moon Duo. Foto Sonia García
Occult Architecture, es su último trabajo, el cual han seccionado en dos partes para representar el yin y el yang, la luz y la oscuridad. Un trabajo que han traído a Paredes de Coura junto a una selección de sus mejores hits y con el que nos invitan a viajar a través de las órbitas de la psicodelia. Quizás su sonido esté ya suficientemente exprimido, pero honestamente lo que hacen lo hacen tan bien que siempre es un placer disfrutar de sus directos.
Nos trasladamos al palco principal para ver a BadBadnotgood. Este trío canadiense de alt-jazz influenciado por el hip-hop, ha llegado a Paredes para seducir al oyente a través de sutilezas, sugerencias melódicas y bellezas escondidas. Sin ser un fanático del jazz estos jóvenes te hacen disfrutar de un estilo musical que muchas veces parece destinado a un público erudito y restringido.

Badbadnotgood. Foto Sonia García
Su sonido se cuece a fuego lento, fusionando con mucha elegancia elementos de la música electrónica. Dentro de su minimalista propuesta también hay sitio para instrumentos como el saxofón o el clarinete. Tremendamente jóvenes sorprende su madurez como instrumentistas. Alexander Sowinski a la batería es un auténtico virtuoso, Matthew Tavares en los teclados, Chester Hansen al bajo y Leland Whitty al saxofón complementan la banda con su perfecto dominio de los instrumentos.

Badbadnotgood. Foto Sonia García
Simplemente un sonido perfecto para cerrar los ojos y dejarse llevar. El público premia cada uno de sus temas con largas ovaciones y es que aunque BadBadnotgood juegan en la segunda división del mercado musical, nos han demostrado que son tan grandes como los que más.
A continuación, y después de haber disfrutado de uno de los bocadillos típicos portugueses, que sobra decir que nos encantan, nos movemos hacia el palco principal y disfrutar de uno de los momentos más especiales del día. Han sido una de las últimas confirmaciones del festival y su presencia es aplaudida con la máxima ilusión. Recién llegados desde Vancouver tenemos la suerte de disfrutar del directo de un pedazo de grupo: Japandroids.

Japandroids. Foto Sonia García
El mítico dúo de estilo indie garage rock, ha venido a presentar su nuevo disco Near To The Wild Heart Of Life, con el que ponen fin a un parón de casi cinco años. Artífices de un post-punk robusto y visceralmente pasional, Brian King como guitarra y voz y David Prowse, también voz y percusión, se han tomado un tiempo que les ha permitido evolucionar de manera natural y brillante. Otras bandas se habrían apresurado a dar continuidad a un disco excepcional como fue Celebration Rock, para no perder el tren de la popularidad. Japandroids han optado por hacer justo lo contrario: esperar para dar bien el siguiente paso.

Japandroids. Foto Sonia García
En su directo no faltan las toneladas de distorsión a las que nos tienen acostumbrados y en las que incluyen con elegante sutileza sonoridades más melódicas y un rítmo más accesible y sosegado. Ligeras variaciones inteligentemente introducidas y que no alteran el espíritu básico de su línea estilística. En el incomparable escenario de la Praia Fluvial do Taboão nos han regalado lo mejor de ellos. Distorsión, gritos, frescura, pasión y mucho post-punk garajero como raíz de su personal estilo.
Con sólo una guitarra y una batería estos chicos nos demuestran que se puede crear un sonido perfecto y potente. Tras su concierto, es de justicia afirmar que por suerte tenemos Japandroids para rato.
Aún con la adrenalina por las nubes llega otro de los momentos más esperados del festival. Tras casi cuarenta minutos de espera Beach House aparece sobre el escenario principal entre el griterío enfervorecido del público que los espera con impaciencia. Un fallo en el sistema de sonido provoca el retaso. El público lo perdona todo. Son muchas las ganas de verlos en directo.

Beach House. Foto Sonia García
Victoria Legrand y Alex Scally son los constructores y padres de este proyecto musical. Creadores de un dream-pop sombrío y cautivador, el dúo de Baltimore, es uno de los grupos favoritos del público portugués, que adora su personalísima conjunción.
Armonías basadas en la simplicidad de su construcción, con pocos elementos, elegantemente escogidos y una música alejada de ser pretenciosa que busca horadar la parte sensible. Sencillez y belleza envuelta en notas. Música para ser escuchada varias veces, filtrando las capas más subterráneas de un sonido suave pero denso, algodonoso pero preciso, delicado y único. Órganos y teclados analógicos, texturas sonoras aterciopeladas, tonalidades opacas y un recinto, el de Paredes de Coura a sus pies.

Beach House. Foto Sonia García
Sobrevolando todo como alas invisibles que te rozan la piel, la voz de Victoria, entre sensual y lánguida, tímida y misteriosa. Música que nos envuelve primero, para desnudarnos después. Riffs de guitarras crecientes, armonías basadas en la sencillez de construcción y una música alejada de toda pretenciosidad. Simplicidad magistral ante la que sólo podemos rendirnos. Victoria cierra la noche diciéndole al público de Paredes :»We love you«. Nosotros también a ellos.
Un broche de oro exquisito para esta tercera jornada de festival. Mañana más. No sabemos si mejor, pero de lo que estamos seguras es que seguro será otro día inolvidable. ¡Os esperamos!