Cristina Rubio, cantante, aprendiz eterna de pianista, compositora y lectora compulsiva de libros de Murakami.

1. ¿Cuándo decidiste ser lo que eres?

Creo que la música, a los que nos pasa, nos pasa sin que podamos decidir. Es lo que más sentido tiene en este mundo y sin lo que el mundo no tiene sentido. Pero supongo que decidí activamente ser músico cuando me tomé en serio a mí misma y acepté las horas de práctica y búsqueda concienzuda y el compromiso de por vida de mejorar cada día.

2. Si pudieras cambiar algo de cómo te educaron, ¿qué sería?

En la educación musical, me gustaría que me hubieran enseñado a “abrir los oídos” mucho más temprano. Aprender a escuchar más, convertir los sonidos en sensaciones y centrarme menos en regurgitar teoría sin entenderla del todo.

De mi familia, por más que lo pienso, no se me ocurre nada. Siempre me dieron libertad para aprender a equivocarme (y luego poder decirme “te lo dije”).

3. ¿Qué has tenido que sacrificar por la música?

Suena a cliché, pero nunca he sentido que lo que hacía por la música era un sacrificio. Vivir lejos de la familia durante muchos años, renunciar a tener tiempo “libre” en muchas ocasiones, perder días señalados con los tuyos para amenizar los días señalados de otras personas… Por suerte he sido siempre yo la que he elegido todo eso, nadie me ha impuesto nada y lejos de victimizarme por lo que he podido perder, me siento superagradecida por todo lo que gano.

4. ¿Cuál fue el primer concierto al que fuiste?

Los primeros conciertos a los que asistí fueron siempre de clásica por la profesión de mi padre (Rock on!). No recuerdo cuál fue el primero, pero recuerdo la obsesión después de ver en directo una adaptación para niños de Pedro y el Lobo de Prokofiev. Me alucinaba, me daba miedo, me encantaba. Es de la música que más recuerdo de mi infancia.

5. Cada músico tiene su estilo personal, ¿cómo llegaste al tuyo?

Como todo músico he tenido muchas fases. Estudié jazz en el conservatorio en Londres, y a pesar de haber sido una buenísima experiencia, estar en un ambiente jazzístico tan intenso me hizo desarrollar una voz interna que, al sentarme al componer, me juzgaba mucho por no ceñirme cien por cien al estilo que estaba acostumbrada a escuchar y estudiar. Con el tiempo aprendí a dejarme llevar más y una mezcla de la música que más me llegaba, la que quería escuchar y la que había estudiado empezó a salir. Y así nació RUBIO.

6. Tu instrumento, ¿circunstancia o elección?

El piano fue pura circunstancia. Mi padre estaba acabando el superior de piano cuando yo nací, y supongo que cuando tuve edad de mantenerme sentada en un taburete sin caerme, me llevaron a clases. Al principio no conecté nada, me aburría mucho, así que me desapuntaron. Unos años después fui yo quien pidió volver a intentarlo así que supongo que algo de elección también hubo. 

7. ¿De dónde vienes y a dónde quieres llegar?

Vengo de vivir pensando en esas dos premisas sin cesar y a lo que quiero llegar es a saber vivir el presente.

8. ¿Qué disco escondes cuando tienes visita?

Ninguno. Cada etapa tiene un por qué y no hay que avergonzarse de ninguna. Mentira todo: Spice de las Spice Girls (yo era Victoria).

9. Por lo general: ¿tarde, temprano o a tiempo?

Tarde a una cita, temprano a un ensayo, a tiempo a una disculpa.

10. Menciona un grupo emergente y una de sus canciones.

Ibeyi – River.

11. ¿Qué es Groove?

Sin lo cual la música sería asexual.

12. Una instrumentista que admires.

Nina Simone, Esperanza Spalding, Terry Lyne Carrington.

13. Formula una pregunta para cada una de estas respuestas: siempre y jamás. 

– ¿Darás una primera oportunidad a cualquier estilo de música? -Siempre.

– ¿Dejarás a tus amigos dar palmas en el pulso 1 y en el 3 cuando escuchen swing? (Abstenerse gente decente, es una broma de músicos) -Jamás.

14. Si sólo te quedaran unos minutos, ¿qué canción tocarías?

What a Wonderful World.

15. ¿A qué músico revivirías para tocar con él?

¡Jeff Buckley! Voy a ir practicando por si acaso…

16. ¿Cuál ha sido la última canción que has escuchado en bucle?

Sing to The Moon – Laura Mvula.

17. ¿Qué es lo más absurdo que te ha pasado en un escenario?

Estar compartiéndolo con Wynton Marsalis (absurdo para bien).

18. ¿Vives de la música?

Combino la actividad de músico con la de profesora de música.

19. ¿La parte negativa del ámbito musical es…?

Que por mucha ilusión que tengamos, de la ilusión no se come ni se pagan las facturas. Y es complicado hacer pagar a la gente por algo que siempre han dado por supuesto en la cultura de gratuidad en la que vivimos.

20. ¿Qué deportes consideras beneficiosos, compatibles y contraproducentes para tocar tu instrumento?

En mi caso, el mejor ha sido correr. La práctica musical (cuando está bien hecha) desgasta mucho mentalmente y correr es mi meditación y la manera en que consigo sobrevivir sin matar a nadie. Nadar me encanta y me parece buenísimo también, incluso mejor que correr, pero en invierno me muero de frío.

21. ¿Con qué frecuencia vas a conciertos? ¿De qué estilo suelen ser?

Me atrevería a decir que mínimo una vez por semana. Principalmente jazz, folk y rock. Soy adicta a la música como músico y como público. Me gusta salir de un concierto con la sensación de que me tengo que sentar a practicar nada más llegar a casa o la certeza de que esto de la música al final siempre merece la pena.