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‘The Morning Show’: el precio de la verdad

Desde hace unos pocos años, cada vez son más las películas y series que buscan demandar uno de los mayores problemas que ha vivido la industria audiovisual a lo largo de su vida: el acoso sexual. Con el estallido del caso Harvey Weinstein en 2017, cada vez se ha ido poniendo más el punto de mira en las figuras relevantes que pueblan tanto los diferentes escenarios laborales del cine como de la televisión.

Una horrible problemática que ha convertido a la figura de la mujer, al mismo tiempo, en víctima y principal verdugo de la verdad. Y este es uno de los caminos que en 2019 se decide explorar con la serie The Morning Show, una de las apuestas de Apple TV Plus que expone las consecuencias de la era del #MeToo. Y, sobre todo, una apuesta por meterse en las “grandes ligas” de las series con actores de renombre como vía de exposición.

La historia detrás de las cámaras

Alex, la protagonista de la serie ‘The Morning Show’, interpretada por Jennifer Aniston.

La serie está conformada por una única temporada (al menos por el momento), de 10 capítulos y con una duración de 60 minutos cada uno, a excepción de algunos como el gran final.  

El primer capítulo entra pisando fuerte con el primer estallido en la cara: el presentador de uno de los programas matutinos más famosos de la televisión americana, The Morning Show, se ve envuelto en un escándalo de conducta sexual inapropiada. Tras que el que ha sido su compañero durante 15 años, Mitch Kessler, sea despedido por esto, la copresentadora Alex deberá luchar por mantenerse en lo alto ante los diversos bastiones que la atacan: la opinión pública, la productora y su propia culpa silenciosa.

Con esta primera premisa, la serie se introducirá en los diferentes caminos de las personas que pasean por los pasillos de UBA, la cadena de televisión ficticia que emite el programa. Hasta tal punto que, poco a poco y de forma ordenada, se irán desvelando los detalles de todo lo que hay detrás de este escándalo.

La presentadora Alex y su productor «Chip», en un momento amigable (uy, uy).

Al más puro estilo de Aaron Sorkin (The Newsroom), se mezclará ese pequeño elemento de idealismo periodístico con la realidad que chocan en su día a día. Lo que tienen que hacer frente a lo que ellos creen que deben. Una batalla interna encarnecida que revelará el verdadero precio de la verdad. Porque sí: toda acción tiene sus consecuencias y hay que aprender a lidiar con ellas.

Sin embargo, la serie no busca ser derrotista, si no más bien buscar reflejar cómo han cambiado las cosas desde que aquellos que acosaron, abusaron o, incluso, violaron, tuvieron el valor para denunciar tal atrocidad. Todo un drama laboral y muy a la orden del día que demuestra cómo sobrevive un grupo de mujeres en una industria que suele ser hostil.

La fuerza de sus protagonistas

Uno de los mayores alicientes que encontramos en la serie creada por Jay Carson – posteriormente sustituido por Kerry Ehrin– son sus grandes actores y los protagonistas que se esconden tras ellos. Personalidades voraces que se comen la pantalla y que comparten todos sus miedos y pensamientos con el espectador. Y a pesar de que el elenco es, en parte, muy coral y todos transcurren hacia el final, innegablemente destacan tres figuras.

Foto de promoción de la serie ‘The Morning Show’ con sus principales protagonistas.

Alex Levy, interpretada por Jennifer Aniston, se convierte en los hombros que soportan todo el avance y vaivenes que llegan a la trama. Interpretando a la copresentadora del famoso show, su personaje se ve envuelto en diferentes conflictos personales que tienen que ver con todo el asunto que acaba de estallar: su amistad con el acusado, su pasado laboral, su presente supuestamente brillante, etc. Por lo que se va observando una clara evolución que de una manera brillante, Aniston conduce hasta la más pura emoción humana.  

Tan visceral y al mismo tiempo, tan calculador es el personaje, que mete como compañera sustitutiva a Bradley Jackson, interpretada por Reese Witherspoon y que representa esa faceta joven del periodismo que lucha siempre en pos de la verdad. Una nueva mirada mucho más limpia, rompedora y sin pelos en la lengua, que entra rompiendo todos los esquemas del canal televisivo. Y que para más de uno supondrá un grano en el culo. Eso sí: con todo muy bien pensado. Una antítesis de mujeres que aunque parezca que sería incapaz de encajar entre ellas, la magia se hace y la química nace por si sola.

Por último, toca hablar de Steve Carell y el personaje que encarna: Mitch Kessler. La serie comienza con su persona siendo acusado de acoso sexual y de él intentando justificarse al ver que su carrera se derrumba ante sus ojos: «Cambió todo y nadie me envió el informe sobre ello». A pesar de que Mitch no está presente durante todo el rato en pantalla, no es necesario.

Su presencia resopla detrás de cada uno de los que conocían lo que él estaba haciendo y lo permitían. Cada uno de los trabajadores que, por miedo, no denunciaron el horror. Porque era ese amigo y buen vecino al que todos queremos. ¿Cómo podría ser capaz de algo así? Y de hecho, es él mismo quien rechaza que no se pueda hacer nada ante su propio hundimiento mediático. Uno del que jamás, jamás (y por eso él es consciente y le duele tanto), será capaz de recuperarse. Y muy merecidamente.

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