Parece que rodeados del panorama musical en el que nos encontramos imbuidos, se nos antoja compleja la idea de lanzarse a ser conceptual, no solo en lo musical, sino también en el sentido de la letra de las canciones. Ciertamente, para los oídos más exquisitos, la magia de los discos reside en poder interconectar sus canciones y sus melodías en aspectos sonoros y rítmicos —cualquiera le puede preguntar a Rosalía y su ‘Motomami‘, un ejercicio absolutamente certero sobre esto— y establecer así el hilo más sensorial de una obra de arte.
Pero tenemos la sensación de que no todo está perdido cuando al mirar hacia lo alto de las colinas del nuevo indie, divisamos un grupo de ‘Noise’ Pop que logra crear un storytelling que ni el del Zatu de SFDK. La Paloma, así se llama el grupo nacido en el barrio madrileño de Tetuán, que ahora ‘espera la muerte en Bravo Murillo’ con una nueva forma de entender las letras y las ideas de un álbum en su último lanzamiento ‘Todavía No‘.
Pero antes de analizar en profundidad este disco, paremos a hablar un poco de su trayectoria y cómo ha marcado «el resurgimiento del sentido lírico en la nueva música española«.

Nico, Lucas, Rubén y Juan sacaron allá por 2021 su primer EP, como grupo, titulado ‘Una idea, pero triste’. Una ópera prima compuesta por cinco canciones: Un momento oportuno, Bravo Murillo, Ya está, Siempre así y Palos; en la que estos cuatro músicos se abren en canal a la hora de hablar de sentimientos —en su mayoría tristes, como bien denota el título del EP— sobre cosas que o bien no recordamos ya del todo, o que no queremos devolver a nuestra mente, o que nunca existieron y se perdieron en nuestros escenarios falsos. Así es como si en Un momento oportuno transcribe ese instante en el que «nos atormenta una nostalgia de lo que nunca vivimos», en Bravo Murillo —uno de sus primeros éxitos— se nos habla de «esperar a mirar lo que sí se vivió de otra forma, para dejar atrás».
Un disco que al alcanzar el tercer tema del EP, Ya está, nos incita a entonar «ya está, aprendamos a no esperar» más. Una frase que invita a dejar algo atrás con el fin de estar mejor. Pero siempre queda algo de resquemor y esto lo confirma el cuarto título del EP: Siempre así. Es aquí donde la Paloma reafirma que quedan cosas por decir, que no vendrán tiempos mejores, pero que aun así estamos mejor que antes, o al menos intentando aceptarlo: «y a mí aún me falta el aire, parece que todo es por ti, pero esto siempre ha sido así».
La aceptación que lleva a confirmar que cuando estamos pasando baches en nuestra vida, los procesos internos del ser humano parten de no ser lineales, sino más bien ondas fluctuantes de mayor o menor intensidad, que sobreviven a los Palos de la vida, quinta y última canción de este recopilatorio que solo se repite una reclamación en bucle: «Quiero que me vuelvas a explicar lo que ha pasado», mientras de fondo los bombos de la batería se encienden y acompañan a las guitarras que siguen uniformemente dos sintonías: la leve y la grave; oscilando entre dos polos, como este EP, que termina por hacerse la misma pregunta una y otra vez, como buscando una respuesta a algo que parece no tenerla. Es solo una idea, argumentan, pero algo triste.
Todavía No: el primer LP de La Paloma

Pasemos ahora a hablar en profundidad del primer LP de La Paloma lanzado a principios de 2023 titulado ‘Todavía No‘. Un álbum compuesto por diez canciones en las que el grupo sigue la estela que dejó en 2021 con ‘Una idea, pero triste‘ y se lanza a explorar el desarrollo de este concepto dos años después de que las cosas hayan evolucionado, como es normal con el paso del tiempo.
1. Sigo Aquí – La Paloma
Este primer tema lo podríamos marcar como una de las canciones centrales que encapsula el significado del disco, el cual en unos primeros vistazos, podemos sacar de su estribillo: «Todavía no, que aún me queda tiempo… Todavía no, que aún me queda aliento»; es decir, parece ser que La Paloma grita al cielo que todavía no le quiten algo que les pertenece, algo que está muy dentro de ellos y que si se lo arrancasen perderían un poco el hilo de lo que son.
«Un estado emocional frágil, consecuencia de una vida fácil» —como esta buena generación de cristal de la que también hablan los Niña Polaca— parece ser el principal detonante que luego lleva a la letra a exigir que todavía no le quiten lo suyo, ya que queda tiempo aún. Un tiempo que ese alguien parece desperdiciar conscientemente con una persona que ya no le aporta lo de antes: «Estar contigo, pero triste otra la vez» «y estar contigo no es lo que quiero esta vez», para finalizar volviendo a lo de Siempre igual: «Me arrepiento pero sigo aquí»; una idea que con el paso de los años, sigue siendo triste, pero en ello estamos.
2. Algo ha cambiado – La Paloma
Y aunque las cosas puedan sonar pesimistas dentro de un sitio al que se vuelve y en el que nunca se dejó de estar del todo, también se encuentran cosas positivas. De esos aspectos optimistas destacan, sobre todo, el hecho de saber que tanto las situaciones, como los demás y nosotros mismos cambiamos, modificamos —como diría Parménides—, y no hay nada que no sea nutritivo dentro de ello. Ya sea para bien o para mal, el tiempo avanza hacia adelante y se nos queda en los labios el «quería contarte que he estado pensando en que algo ha cambiado»
Y ese ‘algo’ a veces está dentro de uno mismo, otras sin embargo, se transforma entre la interacción que separa a dos personas y termina por desaparecer en el «y que ya no me importa demasiado». Otras cosas vendrán, sufriremos, lloraremos y aprenderemos de ello, pero una vez que pase el tiempo estipulado para que ese ‘algo’ tenga la relevancia que merece, entonces ya no tendrá la fuerza que en su momento tuvo. Y me repito, ya sea para bien o para mal.
3. No es una broma – La Paloma
La canción para la gente comunicativa que se relaciona con alguien a quien más bien se le dan bien otras cosas, pero no, exactamente, el hablar en sí. No es una broma es el canto a aquellas personas que buscan dar lo máximo de sí mismas en una relación donde la comunicación no se sostiene: «Voy a intentar hablar con él, contigo todo es más difícil». El estribillo pasa a mencionar la incidencia de ese alguien cuando ve inútil la interacción: «Cuando te digo que no estoy normal, no es una broma»; y ya cree que no le toman en serio, hasta el punto de desistir «Esto es todo lo que puedo dar».
Y vuelve a incidir, finalizando la canción en un verso que se repite al menos en cinco líneas, como ya nos ha acostumbrado este grupo a terminar muchas de sus composiciones; en la frase que le da título a la canción: «No estoy de broma». Como desesperado y poniendo los límites de lo que alguna vez traspasó hasta lo innombrable, otra canción que mira para sí mismo y que confirma que Algo ha cambiado.
4. Quejas célebres – La Paloma
Y de hacer un alegato para que se le escuche a uno, La Paloma ahora salta a hablar de aquellas personas que alguna vez en la vida han venido a nosotros en un mal momento a darnos consejos que no queríamos, bajo el mantra: «Tampoco es para tanto, le pasa a todo el mundo». A ello, Meji le responde con su voz: «Ya sé que no es para tanto», pero contrargumenta ello con unas líneas demoledoras: «Aunque lo intentes, no lo vas a entender», para pasar a la desconfianza absoluta de no volver a quejarse con alguien así: «aunque lo piense, no te lo voy a decir».
Un tema que podrían haber creado Los Punsetes, que escupe la verdad a la cara a su forma y que rompe una lanza a favor de la queja, como principal movimiento válido a la hora de afrontar los quehaceres de la vida. Quejarse no está mal y quien no lo aguante y te diga que «no es para tanto», entonces siempre encontrarás una respuesta en las últimas líneas con las que La Paloma dinamita su cuarto tema de Todavía No: «Ya sé que no es para tanto, lo sé, pero para mí sí que es para tanto».
5. Polvo – La Paloma
Tras un inicio musical que abre y presenta a todos los instrumentos que formarán parte de dicha canción, el minuto largo en el que no se escucha ninguna voz se rompe con un rasgueo de guitarra que abre con la siguiente sentencia: «Si tuviera un camión me los llevaría por delante a todos»; duras declaraciones que vienen acompañadas de «Y cubriéndolos de gasolina, los quemaría y bailaríamos encima», para concluir esta cruenta escena.
Tras este arranque convulso, la parsimonia llega al segundo acto del tema que tiene dos lecturas, pero me gusta quedarme con la segunda de ellas —la otra la dejamos perdida entre el «polvo»—: este es un mensaje que sirve como recordatorio al oyente para que deje pasar esos momentos en los que se pierde en lo borrascoso y vuelva a sí mismo. «Dame tu tiempo, mírame de frente, eres mejor que toda esa gente», la voz de Meji se dirige a los que le escuchan y a modo de carta abierta para sus seguidores —como haría Mac Miller con su Once a Day— pone el hombro, abre loz brazos y les dice: aquí tienes el apoyo que necesitas escuchar hoy, yo te digo lo que necesitas recordar en este mismo instante.
Y con la ira que comienza el tema —bastante necesaria en este Noise Pop—, parece que todo se sofoca, con un mensaje de paz y tranquilidad que compone uno de los versos más empáticos del álbum y con el que concluye todo, para saber que quien escucha, volverá a perderse en nubes de polvo y niebla —y no pasa nada—: «Tranquilo, lo mejor de ti aún sigue ahí para ti».
6. Todo esto – La Paloma
«Subo un escalón y bajo otro» como forma de compensar el paso de Quejas Célebres a Polvo. Este disonante sexto tema del disco nos muestra un hilo conceptual mucho más reflexivo que las dos últimas canciones mencionadas. Un tema más ligado a la línea de Algo ha cambiado y No es una broma donde el vocalista se dirige a una tercera persona que parece haberle decepcionado: «y pensar que pudiste hacerlo bien», para luego aceptar que donde nada hubo, nada queda: «y celebrar que ya no hay nada que hacer».
Una despedida cercana que cada vez se siente más lejos, que cada vez se pierde más rápido: «y me doy cuenta de lo rápido que va todo». El contraste entre la tristeza de saber que conseguir que todo importe un poco menos es doloroso, y la victoria que conlleva «que ya me da igual saber de qué va todo esto». Para terminar con la duda: «De qué va todo esto» que se queda en la respuesta jamás dada al que espera una conclusión.
7. Tiré una piedra al aire – La Paloma
«Tiré una piedra al aire y sigo esperando a que vuelva a mí, con suerte me alcanza, me da en la cabeza y me da una razón para no tener que estar aquí»
Así empieza este séptimo tema que en el puesto de la forturna, parece acontecer lo desafortunado que es uno con su devenir. Y es que con una base musical mucho más liberada de la carga emocional de las dos composiciones anteriores, en esta tonalidad siguen imperando letras bastante trashis —término que me acabo de inventar— que hablan de lo que posiblemente sea una envidia insana de no saber, pero siempre creer que a los otros les va mejor que a uno mismo.
«Me gusta pensar que vosotros también fracasáis igual o más que yo» es la honesta y transgresiva idea que La Paloma mete en sus siguientes versos, para luego empatizar con esta emoción «Quiero pensar que a veces lo veis todo igual de jodido que lo veo yo», finalizando con su alegato, que duele, pero es una sensación que se expande por todos nosotros en más de un momento de nuestra vida: «Aún así, os va bastante mejor que a mí» «Aún así, no entiendo que os vaya mejor que a mí». Acudiendo al refranero español —al que siempre es bueno regresar—, este tema se podría resumir con el: «mal de muchos, consuelo de tontos»; y a mi me podrían catalogar como tonto, porque la desgracia a veces es más llevadera cuando afecta a un número importante de personas.
8. Cosas sencillas – La Paloma.
Mi tema favorito de todo el disco es una vuelta a pensar, o al sobrepensar sin querer hacerlo demasiado. Cosas sencillas es la octava canción del álbum, una nueva parada en el largo y transitado camino que es Todavía no donde el vocalista se vuelve a hablar a sí mismo con el fin de querer solo pensar en cosas sencillas —aunque ya os adelantamos que no puede—, porque ya le fallan las fuerzas. «Pensando en dónde estoy y en no quedarme atrás» «Pensando en cosas bonitas, pensando en salir de aquí» «y pensando en cómo habláis, cuando habláis de mi». Una primera parte en la que vemos que pensar en muchas cosas, puede reducirse a lo más simple de una estrofa para compactar todo lo que se rumia durante semanas, o meses.
Pasando a la segunda mitad en la que «Pensando en cómo estoy y en no mirar atrás» llega a contradecirse, obviamente, mirando hacia atrás: «Pensando en cosas bonitas, pensando en por qué volví» para volver al final a salir fuera de uno mismo, dándose cuenta dónde está y con una idea final, que esta vez es más ansiosa que triste, en la que cuando uno está escribiendo en su casa un sábado sobre la nueva banda que lo está pegando, ve las stories de Instagram de sus amigos y piensa: «Y pensando en dónde estáis, cuando no estáis aquí».
Las Ginebras piensan en Cosas Moradas mientras que La Paloma lo hace con cosas que al final no son tan sencillas.
9. El adversario – La Paloma
La novena es El adversario, una canción que identificaría como la continuación de Cosas sencillas, porque al final cuando uno/a piensa las cosas demasiado, termina por perderse en lugares abstractos donde es difícil reencontrarse, perdiéndose en el Polvo del que hablábamos antes. Y asi lo anuncia en su primera estrofa: «Saldré de esta pero aún me queda un rato, me he calmado de momento, pero eso no es suficiente». Un alegato respecto a las crisis de ansiedad que uno sufre y en las que a veces piensa que es mejor estar solo, apartado del mundo, porque «estoy a punto de perder una carrera de fondo».
Una idea bastante triste es este momento en el que la propia anticipación hace que olvidemos lo que ha pasado en escasas horas: «Y apenas recuerdo el camino, ya casi se me ha olvidado», para concluir en, como dirían Mujeres, todo es mejor con gente: «Prefiero compartirlo con alguien, que volver a hacerlo solo».
Al final nos damos cuenta que el peor reto, el máximo enemigo de cada uno, no está fuera sino que dentro de sí y «eso no es cualquier adversario».
10. Cosquilleo – La Paloma
Parece que el declive de lo que todavía no es, comienza en El adversario, para pasar directamente a Cosquilleo, penúltimo tema del disco que se inicia con un metaforismo que recuerda a Menta o Margarita Quebrada —dos grupos del indie español, también en auge y que comparten mucho con La Paloma— y en el que se expone: «Camino por un surco ensangrentado, que deja un olor extraño, y hay gritos, y hay pasos»; como causa de lo central de esta canción: el cosquilleo frío. Una sensación por la que todos los presentes en este artículo tenemos una interconexión, que es ese nudo en el pecho cuando está a punto de ocurrir algo que nos tensa y, a la vez, nos afloja por dentro.
«Y siento que te voy a encontrar de frente cuando me rodeo de gente», como la explicación final a la idea de estas metáforas. Un cosquilleo que aparece cuando queremos, pero no, ver a esa persona prohibida, la misma que nos hace perder el tiempo buscando nuevas formas de entretenernos cuando se va y nos deja en la cabeza «una fiesta en la que no queremos estar». Pasen los días que pasen, todo parece peor, y aunque discurra mucho tiempo, todo apunta a que nada cambiará esta sensación que nos carcome: «siempre me estarás persiguiendo».
Aunque como hace La Paloma durante todo el nuevo disco, la conclusión es una idea triste, pero que también es consciente de que Algo ha cambiado y que finaliza con la certeza —una palabra que me gusta para expresar el ensayo-error de todo el disco— que nos debemos a nosotros, más que a cualquiera que se cruce en nuestra vida. «Y ojalá pudiera cuidar de mí, lo mucho que cuidan de esto», y yo también lo digo: ojalá.
11. Caracola pálida – La Paloma
La guinda final del pastel es Caracola pálida, una canción en la que el metaforismo de Cosquilleo se amplifica al cien por cien con un simbolismo aún no visto en el disco. «Inmortal, confiesa de una vez y no juegues conmigo» abre la letra dirigiéndose a una tercera persona, que parece seguir siendo el mismos destinatario que en el tema anterior y al que le exige: «déjame en paz, solo quiero estar contigo». Un sentido ligado al perdón que da la nostalgia y que se refiere a la culpa y al odio como el mar. Un océano que ya no le importa, pues ahora solo busca en la playa una caracola de tono pálido, a ese alguien que recordamos tumbado en la playa cuando los días eran amarillos y naranjas.
Una caracola con la que la letra se abre en canal para orquestar con la mayor sinceridad el «te llevo dentro, el mejor recuerdo que tengo: cubierta de arena y tumbándote al lado». Parece que pese a todo el dolor, siempre va a quedar un recuerdo bonito en lo que ya «no me importa lo que ha sido». Todo está perdonado, aunque no por ello comprendido y como en Palos, el disco termina con una pregunta que se repite tras no saber qué ha pasado para que cada día que uno/a se acuesta, solo pueda pensar «en qué coño está pasando».
Trasformando el «quiero que me vuelvas a explicar lo que ha pasado» y disminuyéndolo a un sencillo «¿por qué?». El tiempo pasa y parece ser que la arena lo cubre todo, con lo que tenemos más dudas que certezas conforme la vida transcurre y las experiencias avanzan, pero eso nos hace ser un poco más sabios también.
Aunque Todavía no, y la idea aún siga siendo triste, vamos evolucionando en el camino con La Paloma.
Una emoción que todavía no sale del todo de la pena, pero sí sabe convivir con ella.